ANTES lo llamaban pelotazo y ahora desarrollo urbanístico. Vuelven los buenos tiempos para el ladrillo. Vuelven las viviendas a lo grande, para miles de compradores, hasta que estalle la nueva burbuja. “En el sector han aprendido y ya no es igual”, dicen los expertos. Es verdad que han aprendido porque en el Ayuntamiento de Madrid han aprobado la operación Madrid Nuevo Norte con la unanimidad de PP, Ciudadanos, PSOE, Vox y los ex podemitas carmenistas de Más Madrid. Todos por igual, valientes, se han subido al carro. Incluso los que hablaban de la casta, en el tiempo de los indignados por la crisis. El caso de Madrid Norte tiene una interesante comparación con el de Sevilla Sur (más conocido como Palmas Altas), donde las cosas son parecidas, aunque no iguales.

La operación de Madrid Norte se realizará por fases. Es un proyecto ambicioso, que comenzará en 2020 y terminará en torno a 2044. El chollo durará un cuarto de siglo. Tendrá un coste de 9.000 millones, de los que más de 7.000 serán aportados por el consorcio promotor que forman el BBVA y la constructora San José.

Aunque van por fases, no van a lo loco. En Madrid Norte está todo planificado para que sea el mayor desarrollo urbanístico de España. Esperan contar con 27.000 nuevos vecinos, distribuidos en 10.500 viviendas, además de levantar 345 edificios y tres rascacielos con oficinas (entre ellos el mayor de España); y por supuesto muchas zonas verdes, medio millón de metros cuadrados, para compensar.

En Sevilla también se ha levantado la veda. Sobre todo por el sur, con la operación de Palmas Altas, y por el este, con la Hacienda del Rosario. Especialmente significativa es la operación del sur. En Palmas Altas, además del complejo comercial Lagoh, gestionado por Lar España, está prevista la promoción de Metrovacesa para construir 2.870 viviendas, en las que residirán unos 9.000 vecinos. Una transformación urbana muy importante, si se culmina, que se completaría con la Ciudad de la Justicia; es decir, con burocracia y servicios. Como otra ciudad en la ciudad.

La diferencia con Madrid es la falta de previsión para las infraestructuras. En Madrid remodelarán la estación de Chamartín y facilitarán las conexiones. Pero en Sevilla la operación se plantea junto al puente del Centenario, el más saturado de la ciudad. No hay infraestructuras a la medida, con el riesgo de que sea un gran fracaso. Sin enlace de Metro ni Cercanías, con transportes públicos dudosos, y con los túneles de la SE-40 paralizados, por lo que no descongestionarán el entorno.

José Joaquín León