UNO de los mayores escándalos de las obras públicas andaluzas es el tranvía de Alcalá de Guadaíra. La consejera de Fomento, Marifrán Carazo, y el viceconsejero, Jaime Raynaud, han abierto los cajones que han heredado del anterior gobierno socialista y se están llevando grandes sorpresas. En los últimos años de la Junta apenas hicieron nada útil, por lo que se van a perder fondos europeos, si no lo evitan a tiempo. Hay obras con inversiones multimillonarias de dinero público que se plantearon mal. Entre esos proyectos demenciales está el del tranvía de Alcalá de Guadaíra, donde han invertido 97,7 millones.

El principal problema del tranvía de Alcalá es que se trata de una infraestructura de Alcalá. En Sevilla existe una notable presión mediática con todo lo sevillano, pero Alcalá o Dos Hermanas ya parecen que están en Júpiter o Saturno. Si la parálisis del tranvía hubiera ocurrido en Sevilla City, sería una reivindicación permanente, como el frenazo al Metro. Sin embargo, en Sevilla tenemos al alcalde Espadas reclamando dinero de fondos europeos para que el tranvía llegue a la estación de Santa Justa. Mientras la Junta no sabe qué hacer con el despilfarro del tranvía de Alcalá. “Un marasmo jurídico”, según el viceconsejero Jaime Raynaud.

El anterior gobierno andaluz prometió que el tranvía de Alcalá estaría funcionando en 2019. Ya en tiempos de la consejera Rosa Aguilar habían prometido algo semejante con las tres nuevas líneas del Metro sevillano. Nunca han tenido buenas dotes como pitonisos ni Pepe Griñán ni Susana Díaz. En el tranvía de Alcalá las obras fueron perversas, pues según las iban haciendo, las iban destrozando por el lado contrario. Entre lo que robaron o deterioraron están 400 metros de raíles, barandillas metálicas y césped artificial, con unos daños que fueron valorados en 2,7 millones de euros. Los robos fueron realizados con herramientas profesionales, para mayor gloria de la industria de la chatarra.

El tranvía fue proyectado antes de la crisis, con unas previsiones utópicas. Se trataba de dar servicio a dos proyectos que no existen, como son el parque tecnológico y la zona de expansión inmobiliaria en el Zacatín, que se frustró con la burbuja de la construcción. Sin embargo, la conexión con la línea 1 del Metro es de gran importancia para Alcalá y para la vertebración del área metropolitana en el este de Sevilla. Y está pendiente porque no hay fondos para terminar la conexión, ni existe un acuerdo para integrarlo en el Metro.

Así siguen prometiendo obras, mientras desperdician millones a punta pala.

José Joaquín León