PARA el PP gaditano las pasadas elecciones municipales han sido las del patinazo. En 2015, Teófila Martínez perdió la Alcaldía, pero fue la candidata más votada. Consiguió 22.004 votos y 10 concejales. Es cierto que entonces Podemos e IU se presentaron por separado, y que sumando sus votos alcanzaron 23.764, superando levemente al PP, aunque también se quedaron con 10 concejales (8+2). Mientras que el domingo pasado el PP, con Juancho Ortiz, se quedó con 13.397 votos y 6 concejales. Mantuvo el segundo puesto, fue el partido más votado de los del centro y la derecha (Vox ni siquiera entró), pero se quedó muy lejos de Kichi.

El PP, en estas elecciones, fue incapaz de movilizar a su electorado. En los buenos tiempos de Teófila Martínez (sobre todo en la primera década del siglo XXI) la alcaldesa conseguía en torno a 40.000 votos, que le reportaban unos 18 concejales. Las circunstancias han cambiado desde entonces. El PP de ahora no tiene la fuerza de antes, cuando era hegemónico como fuerza única del centro y la derecha. Además, Teófila recibía muchos votos prestados, de personas no digo que de izquierda, pero que tampoco eran de derecha. Una parte de ese electorado teofilesco ya no vota. Algunos han fallecido, o no acuden por su edad avanzada (ella arrasaba entre los mayores), y otros se desencantaron. También hay entre 10.000 y 15.000 gaditanos que se han pasado de Teófila a Kichi, por motivos misteriosos.

Pero eso no justifica al PP, que ha pagado en las urnas algunos errores importantes. Esa ha sido su cruz. La cara ha sido la de Juancho Ortiz. Ha naufragado, pero era un candidato mejor de lo que ha parecido. Juancho consiguió 13.397 votos, mientras el PP se quedó con 11.807, ese mismo día, en las europeas. Juancho obtuvo 1.590 votos más que su partido, que venía de quedar dos veces detrás de Ciudadanos  en Cádiz (en las andaluzas y las generales), y que en las municipales lo remontó.

El mayor error estratégico del PP ha sido mantener casi cuatro años a Teófila Martínez en la cueva de la oposición después de perder la Alcaldía. Hubiera sido mejor ofrecerle otras opciones, como hicieron finalmente con la Autoridad Portuaria. Juancho no ha tenido tiempo de visualizarse como un candidato asentado. Para más despistar, el portavoz era Ignacio Romaní. Otro error fue una lista que se renovó con defecto y sin gancho. Una lista que parecía resignada a la victoria de Kichi. Ahora deben construir una oposición eficaz, y empezar otra etapa, en la que el pasado ya no les sirve.

José Joaquín León