EL embudo de Tres Caminos es un clásico del verano, como los picotazos de las medusas, los niños perdidos en las playas, los martes de Carnaval y cosas así. En otros tiempos eran clásicos del verano los Festivales de España en el Teatro José María Pemán, los Conciertos para la Libertad en el Castillo de San Sebastián, y las barbacoas del Trofeo Carranza, pero ya no. Con esto se aprecia que hay clásicos del verano que se van perdiendo, por las modas de los tiempos y los alcaldes, pero otros se mantienen, como si fueran eternos. Entre los que permanecen inmutables y bien activos, ocupa un lugar de honor el atasco dominical de Tres Caminos.

Siempre pasa algo. El típico gachó o gachí que se despista con la radio, o contestando el guasá, o dándole unas llaves al niño para que se entretenga, y “¡pum!”... Vaya playa que te has perdido, porque ya les ha dado al de delante. El de delante es como una lotería, y lo mismo te puede tocar un indignado que un resignado, lo cual se sabe según los insultos que profiere. Y después hay que esperar a la Guardia Civil, que no siempre pasaba por allí, y a la asistencia técnica, que va a llegar en un cuarto de hora, pero tarda una hora y media.

Aunque no haya despistes, los atascos son inevitables. Cualquier domingo de verano en el nudo de Tres Caminos se pierde mucho tiempo, mucho combustible, mucho dinero. Y se contamina el planeta, además de que sale perjudicada la Seguridad Social con los ataques de nervios y los golpes de calor, por no poner el aire acondicionado; o los resfriados, por ponerlo a tope.

Tres Caminos es un embudo, en el que confluyen tres caminos, como su nombre indica, pero menguantes. Los que van de Cádiz y San Fernando para bifurcarse hacia Chiclana o Puerto Real, Jerez y Sevilla. Los que van de Chiclana para bifurcarse hacia Cádiz y San Fernando o hacia Puerto Real, Jerez y Sevilla. Los que van de Puerto Real, Jerez y Sevilla para bifurcarse hacia Chiclana o San Fernando y Cádiz. Este mapa se puede incluir en un manual de tonterías elementales que complican las carreteras.

Se trata de una obra pendiente y mal resuelta. Está en discusión desde el siglo pasado. En España han gobernado el PP y el PSOE, que siempre le echan la culpa a los otros. Ahora puede que gobierne incluso Podemos, que consideraba al PSOE como una parte de la casta, pero ya no. En su discurso de investidura, Pedro Sánchez habló de Madrid Central, pero se olvidó de Cataluña y de Tres Caminos. Es una maldición a perpetuidad. Por sus obras los conoceréis.

José Joaquín León