EL principal problema de Cádiz y su provincia es que vive al margen de la realidad. Siendo poéticos, se podría decir que vivimos como en un sueño, o como en una novela de Murakami, donde las realidades se mezclan con las fantasías y se confunden. Es como un ensimismamiento, del que Cádiz no se despertará, porque tampoco hay muchas ganas. Quizá se vive mejor dentro de un sueño, excepto que se convierta en pesadilla. Pero la realidad va por otro lado. Un ejemplo es el Área Metropolitana de la Bahía de Cádiz, de la que ya nadie habla. Ningún partido la defiende, a pesar de que es la única posibilidad de sobrevivir en un mundo globalizado. Cádiz ocupó un lugar estratégico en siglos pasados, pero ya ni se preocupan.

Alfonso Perales, en sus tiempos de consejero de la Junta de Andalucía, intentó poner en marcha algunas áreas metropolitanas. Entre ellas, la de la Bahía de Cádiz. Tras su fallecimiento, se frustró aquel proyecto. Nadie recogió ese testigo, a pesar de que el PSOE siguió gobernando en la Junta hasta diciembre de 2018. Si lo recuerdo es porque la Mancomunidad ha sido uno de los mayores fracasos políticos en nuestra provincia. No la veían con buenos ojos ni en la Diputación ni en los ayuntamientos. Pero es la única alternativa para progresar.

Vivimos en una realidad planetaria. He pasado la segunda quincena de agosto en Shanghái y en Hong Kong, desde donde me conectaba al escritorio remoto del Diario de Cádiz. Aunque en Hong Kong iba lentito, quizá por las protestas. Internet ha convertido el mundo en un barrio del universo. Pero dentro del progreso, unos van un siglo por delante y otros no se enteran de nada. En China gobierna el Partido Comunista, que practica a su modo el principio de “un país, dos sistemas”. Ya no son anticapitalistas, que es una idea arcaica del siglo XIX, sino marxistas para no ceder el poder y capitalistas para la economía. En Shanghái hay decenas de tiendas de Louis Vuitton, Dior, Gucci y las grandes marcas del lujo. Abren todos los domingos. Funcionan a un nivel más avanzado. No es como Venezuela ni como Cuba. Aquí siempre copian lo peor.

En China las municipalidades se articulan en las áreas metropolitanas. No sólo incluyen la ciudad, sino sus entornos, a los que habitualmente se unen. La mayor es la de Shanghái, con más de 23 millones de habitantes. Muy lejos, en Cádiz, se han olvidado de su pequeña área metropolitana, que permitiría a la Bahía tener 700.000 habitantes y crecer mejor. Eso sí, todos los alcaldes y alcaldesas están muy satisfechos.

José Joaquín León