LA cosa empezó por un policía de Minesota que mató a George Floyd, un hombre de raza negra, detenido en Mineápolis. Imágenes vergonzosas y alarmantes, que en las televisiones repiten detrás de nuestro estado de alarma, con algunas consideraciones anexas sobre Donald Trump. De ahí se ha pasado, tras varias vicisitudes, a la Colonofobia, a la que se adhirió con entusiasmo Teresa Rodríguez. A cuento de que en varias ciudades derribaron estatuas de personalidades como Cristóbal Colón. A ella le pareció bien quitar del panorama a don Cristóbal, aunque en Barcelona (donde tiene un precioso monumento) Ada Colau no está por la labor. Hasta ahora la Colonofobia de algunos podemitas se reservaba para el 12 de octubre, fiesta de la Hispanidad. Este año no la han suspendido, como las ferias y romerías, sino que han anticipado las declaraciones.

Han publicado muchos artículos explicando quién era Cristóbal Colón. No hace falta añadir otro, eso se estudiaba en el colegio. Ahora no sé lo que dirán del descubridor de América, un personaje interesante, del que se ignoran detalles. Y que está sometido a grandes tormentos. Lo mismo es reivindicado como un precursor del independentismo catalán que lo insultan como si todo su interés vital fuera descubrir nuevas tierras para masacrar a los indios y a los negros. Con estos bueyes aramos la historia. A pesar de que existe documentación al respecto, incluso del propio don Cristóbal.

Y ahora voy a lo nuestro. Me ha llamado mucho la atención que en Cádiz, tan liberal, no haya aparecido todavía ningún historiador podemita pidiendo que le supriman la calle a Cristóbal Colón para dedicársela a Kobe Bryant. Conste que en Cádiz tenemos ya un Callejón de los Negros en el nomenclátor. Y no voy a recordar ciertas cosas al respecto de la esclavitud, que no fue abolida en la Constitución de 1812, a pesar de que fue aprobada 320 años después de que Colón llegara a América.

La memoria histórica no es tan memoriosa, y no creo que llegue hasta el siglo XV, pero nunca se sabe. La gaditana calle de Cristóbal Colón se ha anegado varias veces, y en ella está el Archivo Histórico Provincial, en la Casa de las Cadenas. “¡Vivan las cadenas!”, decían los absolutistas cuando Fernando VII volvió del destierro, dos años después de ser aprobada la Constitución de Cádiz. Vamos, que si es por cambiar nombres de memoria, la ciudad sería irreconocible.

Siempre nos quedará Columela, un sabio romano, experto en agricultura, con su hoz y sin martillo, aunque sirvió en la legión de Roma como tribuno militar. También tiene calle, pero está perdiendo las tiendas.

José Joaquín León