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EN calles y plazas de Cádiz, de repente, como por arte de magia, han aparecido 20 figuras, a las que denominan ecomeninas. Son creaciones de Antonio Azzaro, realizadas para una campaña de sensibilización sobre el reciclaje de vidrio. ¿Por qué sólo sobre el vidrio? Este es el primer enigma, ya que también podrían sensibilizar sobre el reciclaje de plástico y de papel. Para eso están, por otra parte, los contenedores oportunamente situados en diversos puntos limpios (y sucios) de la ciudad. La campaña ha sido auspiciada por la Junta de Andalucía, en colaboración con el Ayuntamiento de Cádiz, y por Ecovidrio, entidad al parecer sin ánimo de lucro. Aunque se debe explicar que los reciclajes tienen ánimos de lucro, como negocios que son, y que no se hacen sólo por amor al arte.

En la mañana del 16 de julio, muchos devotos de la Virgen del Carmen contemplaron con horror que en el centro de la plaza de San Antonio, justo por donde debía pasar la procesión esa misma tarde, habían aparecido dos ecomeninas. Una azul y otra roja, como si fueran del PP y del PSOE. Ninguna morada. ¿Qué pintaban allí? Nadie lo sabía. Hasta que se supo que formaban parte de una artística campaña, que está rulando por diversas ciudades andaluzas.

Entre las ecomeninas hay de todo. Han participado en el diseño artistas tan ilustres como Vicky Martín Berrocal, Rosa López y Joaquín, el futbolista del Betis. Precisamente una ecomenina, o lo que sea, con los colores béticos, ha sido situada cerca del castillo de Santa Catalina y la Caleta. Allí hubiera resultado mejor una menina amarilla con bandera del Cádiz CF, diseñada por Mágico González, por decir otro artista.

Y ya lo que nos faltaba: un Ayuntamiento anticapitalista y republicano se dedica a hacer publicidad con las meninas, que son tan monárquicas como el Palacio Real. El famoso cuadro de Velázquez, cuyo título original era La familia de Felipe IV, se centra en el retrato de la infanta Margarita de Austria, flanqueada por sus damas Isabel de Velasco (hija del conde de Fuensalida, que de mayor fue duquesa de Arcos) y Agustina Sarmiento de Sotomayor (que no era prima de los Sotomayor gaditanos, sino hija del conde de Salvatierra y heredera del ducado de Abrantes). Es decir, que eran algo así como la reina de las Fiestas Típicas y sus damas de honor, pero en versión infanta y meninas.

En los círculos podemitas ya tienen otro motivo para indignarse. Después de la subida de sueldos, ahora el reciclaje monárquico. Y además con un monigote del Betis junto a la Caleta. No sé a dónde vamos a llegar.

José Joaquín León