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HE comentado en otras ocasiones que la Guía Michelín es como una biblia laica de la gastronomía. Lo que dice ahí no va a misa, pero alimenta las creencias de los devotos gastronómicos. Los capillitas del yantar también se ponen morados, en la medida de sus posibilidades. Por eso, ha sido un éxito para la provincia de Cádiz colocar 30 restaurantes en la guía de 2020. Mientras la Diputación organiza viajes para promocionar a la provincia en los turismos más diversos, resulta que la gastronomía está haciendo milagros. Y, por cierto, gran parte de ese éxito no se le debe a ningún presidente ni presidenta de la Diputación, sino a Ángel León, que como es tradicional en esta tierra cuenta con un amplio club de envidiosos.

Hasta que apareció el Chef del Mar, en la provincia sólo se veían estrellas en el firmamento. Aponiente marcó un punto y aparte en El Puerto de Santa María, que continuó con el Alevante en la zona fina de Chiclana. Así ahora cuenta con cuatro estrellas (tres en el Aponiente y una en el Alevante). Además, con él se formó Juan Luis Fernández, que consiguió una estrella cuando se independizó y abrió en Jerez su LÚ Cocina y Alma. Este año le han dado otra estrella en Jerez al Mantúa, de Israel Ramos.

Es otro dato a destacar. El centro de Jerez estaba languideciendo de un modo peligroso. Sin embargo, el centro se ha revitalizado gracias a las apuestas gastronómicas de los restaurantes que aparecen en la guía, y de algunos más, además de los tabancos, que sirven de atracción, junto a las bodegas. Jerez va camino de ser la capital gastronómica de la provincia, si no lo es ya.

Pero hay otros lugares que también tienen menciones en la guía, como la zona de Sanlúcar (y Chipiona) y el eje jandeño Barbate-Zahara-Vejer-El Palmar-Medina. Con la novedad de un mesón de la Sierra, Sabor Andaluz, en Alcalá del Valle, en un lugar ajeno a los circuitos turísticos. Sin olvidarnos de Cádiz, que en esto no ejerce como capital de la provincia, pero que cuenta con los clásicos de El Faro y El Ventorrillo, además de las nuevas propuestas, como La Punta del Sur y Sonámbulo, o con otros que ya estaban, como La Curiosidad de Mauro Barreiro y el bib gourmand de Sopranis.

El turismo gastronómico está en auge. La gala de Michelín se celebró en Sevilla, donde la provincia gaditana se ha situado en cabeza de Andalucía. Y es un éxito de empresas privadas (no públicas), gracias a emprendedores que han iluminado el camino a otros proyectos. Con una lección: cuanto menos se depende de los políticos es mejor.

José Joaquín León