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EL Parlamento de Andalucía ha dado luz verde y blanca al Presupuesto para 2020, presentado por el Gobierno del PP y Ciudadanos, con el apoyo de Vox. Al consejero Juan Bravo le han aprobado dos presupuestos en cinco meses. El Trifachito, como lo llamó el PSOE de Susana Díaz, está funcionando mejor de lo que se esperaba. A pesar de algunos paripés, de cara a la galería, no han existido desavenencias insalvables. A diferencia de otras autonomías, donde hay divergencias innegables, en Andalucía el talante de los tres responsables es moderado. Y esa es la base para que se pongan de acuerdo. Andalucía tendrá presupuesto para 2020 porque no hay fisuras insalvables en la mayoría alternativa que se formó. Es lo que más duele al PSOE de Susana. El Trifachito no tiene una vitola facha.

El Presupuesto alcanza los 38.549 millones, es calificado como social y hasta como continuista de los socialistas. Pero con otro talante y sin la sombra de los ERE. La Junta del PP y Ciudadanos está bastante centrada. Juanma Moreno pasó de cadáver político en potencia a convertirse en uno de los barones de su partido. Tiene como lugarteniente a Elías Bendodo, que es un político con un color especial y una moderación acreditada. Por ello, le ha resultado fácil entenderse con Juan Marín, que capitanea uno de los pocos reductos de poder que le quedan a Ciudadanos. Aquí será más fácil crear una Andalucía Suma, o algo parecido, con la que el centro derecha intente ganar al PSOE la próxima vez.

Sin embargo, se debe añadir que Vox no da el perfil monstruoso en el Parlamento de Andalucía. Para ellos fue un acierto nombrar portavoz a Alejandro Hernández, un político que no desentonaría en el PP ni en Ciudadanos. Alejandro Hernández no tiene ese repelús años cuarenta que provoca Ortega Smith. Ni parece tan carcamal como otros compas de su partido.

Lo que pasa en Andalucía puede tener repercusión en Sevilla. Aunque sea con aromas de Málaga, que es el sector predominante en la toma de decisiones. En el Ayuntamiento de Sevilla ha ocurrido lo contrario. El alcalde socialista, Juan Espadas, ha mirado hacia la izquierda extrema de Adelante (o sea, Unidas Podemos) para que le apoyen los presupuestos de 2020. Resulta raro (visto lo ocurrido en los años más recientes) que lleguemos a la Navidad con los presupuestos aprobados en Andalucía y en Sevilla.

Hay que confiar en el talante institucional de Juanma Moreno y Juan Espadas para que sus diferencias no impidan una buena sintonía derecha/izquierda en los proyectos comunes de Andalucía y Sevilla.

José Joaquín León