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NO se habla para nada del AVE de Cádiz. En años anteriores, aparecían interesantes discusiones entre los políticos del PSOE y del PP (según quien gobernaba) acerca del AVE gaditano y cuándo llegaría. Se hablaba de la alta velocidad y de la velocidad alta, que suena igual, pero no es lo mismo, según parece. La culpa, por supuesto, era de Mariano Rajoy. En la Junta, donde entonces estaba de presidenta Susana Díaz, también protestaban porque Adif no les daba permiso para que el tranvía de la Bahía utilizara las vías del tren (o sea, las del presunto AVE) hasta Cádiz capital. Asimismo se hablaba de la tecnología y el ancho de la vía, que estaría terminada en los meses siguientes del año pasado. Han cambiado los gobiernos, en Madrid y en Sevilla, pero la vida sigue igual. Para viajar en AVE hay que ir a la estación sevillana de Santa Justa.

Renfe siempre insinuó que el AVE de Cádiz no podría funcionar con la velocidad habitual si paraba en Jerez, El Puerto de Santa María, San Fernando y Cádiz Término. Una cosa es un AVE y otra un tren de media distancia o un cercanías. Nada más pasar los límites de esta provincia, tan peculiar, las estrategias de la alta velocidad se olvidaban y se convertían en puro catetismo. Así que han ralentizado el asunto, a ver si a la gente se le pasaba el interés.

En el Ministerio de Fomento han presentado otro invento: el AVLO. Es decir, el tren barato de alta velocidad. Lo presentó el ministro, José Luis Ábalos, justamente cuando ya estaban negociando con los independentistas de ERC el apoyo a Pedro Sánchez. Este AVLO sólo circulará, inicialmente, entre Madrid y Barcelona. No llegará a Sevilla, ni a Córdoba, ni a Málaga, ni a Granada. Por lo que no afectará a las cuatro capitales andaluzas a las que ya llega el AVE. Por supuesto, a Cádiz no viene nada, ni el AVLO barato, ni el AVE caro. A Cádiz sólo el Alvia. Se da por descontado que es suficiente.

Algunos desplazamientos de Madrid a Barcelona y de Barcelona a Madrid serán ofertados a 10 euros. Eso sí, a unas horas, en unos días, y con unas condiciones que no son las más apetitosas. Con servicios reducidos. No te tiran del tren en marcha, ni vas sentado en el suelo como la niña Greta en Alemania, pero tampoco te dan el almuerzo o la cena. Hubiera sido interesante que inventasen el Alvialo, para que se pudiera viajar entre Cádiz y Madrid a cinco euros, como premio de consolación.

Algunos creen que en Cádiz no somos nadie y otros que nos toman por el pito del sereno; o del jefe de estación. Pitar, lo que se dice pitar, cada vez se pita menos, y todos los trenes pasan de largo.

José Joaquín León