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EL arte sacro de Andalucía, en general, y de Sevilla, en particular, está marginado. Ha sido oportuno que el presidente de la Asociación Gremial de Sevilla, que es el bordador Paquili Carrera, haya alzado la voz para recordar que pagan el IVA del 21%. Igual que las sillas de la carrera oficial. La gente inteligente no entiende por qué los tributos de las cofradías y el arte sacro salen perjudicados. Es decir, por qué a los de la farándula les redujo el IVA del cine un Gobierno del PP, con Cristóbal Montoro de ministro, después de una gran campaña orquestada, mientras que el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos, cuya titular de Hacienda es la sevillana María Jesús Montero, ya está diciendo que no se puede rebajar el IVA de la carrera oficial al 10%.

Entonces Paquili ha recordado que a los falleros de Valencia les pusieron el IVA al 10%, por ser un arte especial que mantienen allí. Mientras que a los bordadores y a los orfebres de Sevilla se lo cobran a más del doble, por ser un arte especial que mantienen aquí. Y porque el arte sacro no es como otras artes, a los efectos de cómo se comportan el PSOE y el PP. A la hora de la verdad se les ven los complejos.

Un ejemplo, que ya he citado, de la marginación al arte sacro se ha visto este año con las medallas de Andalucía. La habían pedido, a título póstumo, para Luis Álvarez Duarte, en una campaña que organizó la Hermandad de las Aguas, a la que se adhirieron el arzobispo de Sevilla, el Consejo de Hermandades de Sevilla, la Agrupación de Cofradías de Málaga y más de cincuenta hermandades andaluzas. Pues no se la han concedido. Pero hay más: nunca se la han otorgado a nadie relacionado directamente con la Semana Santa andaluza, mientras a otras fiestas populares folklóricas sí se las han dado. Y eso a pesar de que la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, incluso aprovechó la presentación de un libro del Vía Crucis en Montserrat para hacerse auto propaganda y decir que la Junta apuesta por el arte sacro.

El IVA de las sillas al 21%. El IVA de los artesanos sacros al 21%. El IVA del cine y otros espectáculos al 10%. El IVA de los falleros valencianos al 10%. Hay más ejemplos. La discriminación es evidente. ¿Y por qué? Pues porque todavía funciona ese anticlericalismo y ese laicismo políticamente correcto, que lleva a los tópicos de que la Iglesia vive a base de privilegios.

Y todo ello a pesar de que es falso. Las hermandades, a diferencia de otras asociaciones subvencionadas, están básicamente sostenidas por sus hermanos, y contribuyen a la asistencia social donde a veces no llegan las administraciones.

José Joaquín León