TRES torres y seis cofradías hay en mi barrio de Santa María. Esto lo podría decir un pregonero y colaría. Porque el barrio tiene las torres de la Merced, Santo…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
LA Madrugada de la Semana Santa de Sevilla es el territorio de los abruptos contrastes. Según las estadísticas, es la jornada con mayor número de nazarenos cumpliendo estación de penitencia y es la jornada con menos público en las calles del casco antiguo viendo las procesiones. Es también la jornada…
LA Semana Santa ofrece 8 días de oro para el turismo, y no sólo el religioso. En Andalucía se celebra como ya sabemos, pero hay de todo. Miles de personas entran y salen de las ciudades estos días. Oigan, ¿pero el turismo es bueno o malo? Es la principal fuente…
CON la muerte de Pepe Garduño se va junto a la Esperanza el vestidor que definitivamente macarenizó a la Virgen. Fue Juan Manuel Rodríguez Ojeda el creador que empezó a cambiar un estilo. Años después, José Garduño Navas afinó los cambios que había seguido su hermano Antonio al triplicar el pellizquito (o piquillo) que creó Juan Pérez Calvo. Pero su gran aportación fue despejar el rostro de la Macarena. Un estilo que fue copiado por otras hermandades y por otros vestidores.
LOS vecinos no quieren la Carpa del Carnaval en el muelle, ni en ningún sitio. La evolución de la Carpa merece un análisis pormenorizado, una monografía de la UCA, un congreso en el Palacio, quizás un libro. Es interesante que Antonio Cabrera haya recordado sus orígenes, cuando era gerente de la Fundación Gaditana del Carnaval. Sin Carlos Mariscal y sin Antonio Cabrera, la Carpa no hubiera empezado su trayectoria de generación en degeneración. Las pequeñas historias que allí han sucedido, los escarceos, intentonas y demás, se quedaron en el terreno de juego. Por suerte, no tenemos constancia de denuncias por acoso, aunque las ninfas salían huyendo a veces. Cádiz no es Hollywood. No hay pasarelas para protestar. Las últimas cayeron con el soterramiento, cuando llegó Teófila, después de Carlos Díaz, el alcalde que implantó la Carpa.
ES la pregunta del millón: ¿quién será la candidata o el candidato del PP a la Alcaldía de Cádiz para las elecciones municipales de 2019? Todavía es una incógnita, aunque se esperaba que lo anunciaran en enero; y el plazo va por abril. El PP gobernó en Cádiz 20 años con Teófila Martínez, que volvió a ser la más votada en 2015, ya sin mayoría absoluta. Por ello, el candidato o la candidata del PP serán de mucha relevancia. Tanta que el PSOE y Ciudadanos también están esperando, posiblemente hasta ver a quién tienen enfrente. Se ha dado por supuesto que Podemos mantendrá a José María González, si no hay sorpresa. Pero estas elecciones se jugarán a cuatro. No tienen nada que ver con lo que hemos conocido hasta ahora.
APROVECHANDO que son los días de Fitur, y rara es la autoridad que no ha viajado a Madrid, no se habla de otra cosa que de los turistas. Empezaron los empresarios en las vísperas (aquí hay vísperas de todo, incluso de Fitur), diciendo lo que dijeron, que es impropio de los empresarios, pues ellos se deberían organizar por el principio capitalista: cuanto más, mejor. El alcalde Espadas tiene la habilidad de decir un día una cosa y otro día lo contrario, según quien lo oiga. Con frecuencia, apuesta por el turismo de calidad; pero en Fitur (a donde todos van para presumir de cifras y batir récords), se inclinó por la cantidad. Y nos dejó una frasecita que le pasará factura: “En Sevilla caben más turistas”.
ES una obviedad que Teresa rima con lideresa y con alcaldesa. La señora Rodríguez-Rubio ha preferido lo primero a lo segundo. Optó por una carrera política de incierto futuro (en la que ha sido cuestionada incluso por su portavoz adjunta Carmen Lizárraga), antes que aspirar a la Alcaldía de Cádiz, un sillón en el que finalmente acabó su amado José María González. Estoy convencido de que ella hubiera sido mejor alcaldesa que él. Peor resultaría bastante difícil, ni queriendo. Y además se le intuye a Teresa que lo asumiría con más tino y entusiasmo, porque se lo hubiera creído. Sus asesores la podrían presentar como la antítesis de Teófila: esto es, la alcaldesa de la nueva política.