La película ‘Parásitos’, de Corea del Sur, fue la gran triunfadora de los Oscar, con cuatro premios: a la mejor película y a la mejor extranjera, al mejor guión y al mejor director. Ha sido un pelotazo enorme, que me ha recordado al COAC. El año pasado ‘Daddy Cadi’, de Sevilla, quedó segunda, a solo medio punto de ‘La maldición de la lapa negra’, del recordado Manolo Santander. Si la chirigota sevillana de Jesús Benárquez y Pablo de la Prida hubiera ganado, se asemejaría bastante a lo que ha pasado en los Oscar. Pero no ganó. Y este año, con ‘Los gipsy scream’ no está claro ni que pasen a semifinales. Con eso se ve que es más fácil ganar un Oscar que un primer premio en el Falla. Para uno que viene de más allá de Cortadura.

Esta película surcoreana es muy carnavalesca, si se mira así. ‘Parásitos’, por su lado trágico, sería un nombre y un tema ideal para una comparsa. ‘Parásitos’, por su lado cómico, sería un nombre y un tema ideal para una chirigota. ‘Parásitos’, en un sentido más amplio, podría ser un coro. ‘Parásitos’, en la película, es un cuarteto, pues los principales protagonistas son el padre, la madre, el hijo y la hija. Con eso se ve que hasta los premios Oscar se empeñan en dar repertorios y tipos al Carnaval de Cai.

El director se llama Bong Joon-ho, un nombre que se parece a los que inventa El Yuyu. Es un gordo bastante rellenito, como algunos autores carnavalescos de merecida fama. El gachó ya se ha convertido en un director de leyenda. Es el primer surcoreano que gana un Oscar al mejor director en Hollywood, y está eufórico, como si le hubieran concedido el Baluarte del Carnaval.

Sólo faltaría que venga una comparsa de Seúl al Falla. La gente creería que son de Seur. Los coreanos les quitaban encargos a los astilleros (organizaron hasta una manifestación, en la que el comité de empresa se disfrazó), así que les podrían dar un cajonazo en la preliminar. Pero con la película ‘Parásitos’ han dado un pelotazo de categoría, que diría mi amigo Juan Manzorro, y ahí están los tíos. Cualquier día los llevan al Liceo.

José Joaquín León