UNO de los motivos por los que Pedro Sánchez consiguió la presidencia del Gobierno fue el miedo a Vox. La posibilidad de que Alberto Núñez Feijóo necesitara un pacto con Vox para gobernar, según auguraban las encuestas, impulsó el voto del miedo, con una movilización del electorado socialista. Y quizás algún cambio de voto moderado. Le salió bien la jugada, porque le permitió un pacto Frankenstein con los partidos progresistas, o plurinacionales, o lo que sea ese conglomerado que montó para que no gobernase el PP con el apoyo de Vox. Era la línea roja que no se podía pasar, no era ético pactar con la extrema derecha.

PARA la diócesis de Cádiz y Ceuta es una buena noticia que uno de los dos obispos auxiliares de Sevilla, Ramón Darío Valdivia Giménez, haya sido nombrado administrador apostólico. Por dos motivos, principalmente. El primero es que por fin la Santa Sede admite la renuncia que el obispo Rafael Zornoza presentó hace ya casi 16 meses, lo que le permitirá dedicarse a lo que más le conviene ahora, que es tratarse el cáncer que padece, y demostrar su inocencia una vez que se ha extendido la presunción de su culpabilidad. Y el segundo es que el administrador de la diócesis de Cádiz y Ceuta es uno de los obispos más jóvenes y con más futuro que tiene actualmente la Iglesia en España.

UNA de las singularidades de este país es que la mayoría de los políticos viven en otro mundo. Se han instalado en unos relatos de fantasías que ocultan la realidad. El sanchismo gobierna gracias a sus relatos. Han conseguido despistar a la gente, y mantenerse en el poder sin mayoría parlamentaria estable y sin presupuestos desde hace dos años. Manda huevos que se hable y se escriba más de las presuntas filtraciones del fiscal general de Estado que de la subida de los huevos y los alimentos en general. Nos han engañado, diciendo que somos la locomotora económica de Europa, y lo peor es que algunos ingenuos se lo creen. Pero sólo se refieren al PIB. Hay otros indicadores pésimos.

LES quedará el consuelo de que peor que ahora no van a estar, cuando se vote. El congreso del PP andaluz les ha llegado en su momento más difícil de la legislatura. Juanma Moreno se equivocó, al pecar de un exceso de confianza con la sanidad andaluza. En décadas pasadas, muchos votos socialistas llegaban del PER, que removió las leyendas urbanas sobre la vagancia andaluza. Pasaron esos tiempos. Ahora, en Andalucía, están censados muchos jubilados y muchos enfermos. No sólo muchachos que buscan su primera vivienda, que también. Hay menos parados. La salud es la preocupación número uno. Juanma se equivocó, al confiársela a dos consejeras sanitarias que no eran políticas.

A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de la reconstrucción. Su decisión perjudica al PP, pero también a él mismo, que va a pasar a la historia como el responsable de 229 muertes. Se le está tratando como si fuera un criminal en serie. Se le está linchando de palabra, como se vio en el funeral, y de obra no lo agredieron porque estaba protegido. Puede que a ningún político español se le haya tratado con tanto odio en los últimos 50 años.