EL Cádiz debe preparar la pretemporada del final de Liga, pase lo que pase. El entrenador, Álvaro Cervera, y la plantilla se enfrentan a una situación desconocida, sin similitudes, ni en España, ni en otros países. En el Norte de Europa y en los países del Este europeo, así como en China y otros de Asia, interrumpen los campeonatos en invierno, en las semanas con más riesgo de nevadas. En Argentina y otros países sudamericanos disputan los torneos de Apertura y Clausura. Pero nada de eso es comparable a la situación actual. Por lo que las consecuencias (físicas, psíquicas y deportivas) pueden ser sorprendentes e insólitas.

Los futbolistas dejaron de competir tras la jornada 31, disputada en el fin de semana del 8-M (fue el otro 8-M del coronavirus, el del fútbol, que también contribuyó a los contagios, junto a las competiciones europeas de la Champions y la Europa League), por lo que van a cumplir dos meses sin competir. Se supone que han seguido el plan de ejercicios en sus domicilios, pero no han podido ejercitarse junto a sus compañeros.

Tampoco es igual que empezar en el mes de julio a entrenar y disputar bolos veraniegos con el Barbate, el Chiclana y otros sparrings de la provincia. Ahora deben prepararse en unas condiciones como de esclavos, que ya ha criticado la AFE, y que parecen inaceptables por ser contrarias a la dignidad y la libertad de esos deportistas.

Otras cuestiones a considerar: en las pretemporadas normales hace calor, y en las próximas semanas la tendencia será que las temperaturas vayan en aumento. Se suele decir que los recién fichados deben acoplarse. Pero para los últimos partidos no habrá novedades en la plantilla. Pudiera ocurrir que algunos no asimilados todavía, como Pombo o el goleador Álvaro Giménez, e incluso fichajes considerados fallidos, como Jurado, puedan aportar lo que se esperaba, al empezar en las mismas condiciones que sus compañeros.

Como ya expliqué la semana pasada, no se puede arrancar a medio gas, sino que el Cádiz debe empezar fuerte. No puede retroceder si quiere el ascenso. Las posibilidades de suspender la competición, después de dos o tres partidos, serían muy altas. Si aparecen contagios, la presión política y la AFE podrán con los intereses económicos de la LFP y las televisiones, único motivo para no dar ya por cancelada esta temporada.

Aunque puede ocurrir que no se reanude. En Francia, Holanda y Bélgica están presionando para suspender todas las ligas europeas. Sin embargo, las propuestas de la Premier League inglesa y la Bundesliga alemana, partidarias de volver, se sumarán a los intereses de la Liga española. Siempre con las salvedades de las consecuencias sanitarias de esas decisiones. Vamos a estar pendientes de los vecinos europeos.

Disputar los partidos que faltan a puerta cerrada y acabar a final de julio (en junio es imposible) se perfila como la opción deseada por la LFP. Pero es muy difícil que lo consigan. No van a disponer de fechas suficientes, excepto que cada club dispute más de dos partidos a la semana. En esas circunstancias, Álvaro Cervera debe preparar bien a su plantilla, aunque sea para nada; o para poco.

José Joaquín León