ES lamentable que el Cádiz haya cerrado la temporada con tres derrotas en tres partidos. Ha subido a Primera por sus méritos anteriores, pero también por los deméritos de los rivales. Ha tirado a la basura el título de campeón, después de haber sido líderes durante 38 de las 42 jornadas. Le bastaba con conseguir un punto en los tres últimos partidos. Han cometido anormalidades. Ante el Fuenlabrada, el Girona y el Albacete le han pitado tres gilipenaltis por manos en jugadas sin peligro. Ayer volvió a perder tras demostrar que son alérgicos al levante.

EL ascenso ya está conseguido, pero no se debería emborronar el final. Ante el Girona, que se jugaba la plaza de play off de ascenso, el Cádiz tuvo momentos buenos y malos. Llegó con el objetivo principal cumplido, y con muchos suplentes en el equipo inicial. A ratos parecía que estaba jugando un amistoso. Aun así, con la entrada de Álex para los últimos minutos, se pudo conseguir el empate. Ese punto era y es necesario. El Cádiz, que ha sido líder durante casi toda la Liga, no le debería regalar ese título al Huesca en la última jornada. Es la guinda que le falta al pastel del ascenso.

AL Cádiz le bastaba un empate en Carranza ante el Fuenlabrada para ascender y fue incapaz de conseguirlo. Triste forma de perder este partido, increíble en un equipo que se está jugando el ascenso a Primera. El Fuenlabrada ganó sin crear ni una sola jugada elaborada de peligro al portero Alberto Cifuentes, con un penalti regalado por una mano de Cala, que la sacó quizá por instinto asesino; y regalaron otro penalti, aún más tonto, en una falta de Álvaro Giménez, que el VAR anuló por fuera de juego. El Cádiz no supo jugar este partido. Como en otras ocasiones, no se supieron adaptar al fuerte viento de levante. A lo que se sumó el gafe de celebrar las cosas antes de tiempo, con decenas de muchachitos juntitos (y sin mascarillas) en los aledaños.

SE acerca el Cádiz al ascenso, que podría conseguir el próximo sábado en Carranza ante el Fuenlabrada, según los resultados de sus rivales en la jornada 39, que empezó ayer. El 0-1 en Almendralejo ante el Extremadura sabe a gloria, aunque al final pasaron demasiados apuros. El rival estaba mentalmente descendido, pero el Cádiz se echó demasiado atrás para contener el resultado y pudo terminar con un disgusto. Supongamos que los nervios y el cansancio influyeron, pero un equipo que ya está acariciando el ascenso no debió pasar esos apuros finales.

VICTORIA merecida del Cádiz ante el Oviedo, conseguida con más dificultad de lo que refleja el marcador final. El penalti inesperadamente fallado por Álex condicionó el discurrir del partido, pero se pudo corregir antes del descanso y apuntillarlo antes del cuarto de hora del segundo tiempo. Dos goles del Choco Lozano, que marcó por encontrarse en el lugar donde debe estar un delantero centro: en el área y con la escopeta preparada. Partido en el que hubo detalles interesantes, decisiones no muy inteligibles en los cambios, y tres puntos de oro. Son los que valen para seguir como líderes.