TODO el mundo tiene derecho a cambiar de opinión. Un día puedes pensar que es blanco. Y 20 años después decir que era negro. Puede haber motivos razonables para sostener lo contrario. Pero lo que no se puede pretender, en tales casos, es que los demás sean tontos. Es decir, que se vean obligados también a pensar lo contrario de lo que pensaban, porque a uno o a una le apeteció cambiar. Eso es una incoherencia personal, y punto. El problema es que en Cádiz hay un montón de incoherentes gaditanos, que actúan como si los demás no tuvieran memoria.

Se ha visto, por ejemplo, en el pintoresco asunto de las ninfas. No me refiero sólo al caso de la ninfa arrepentida, que antaño se prestó a ser humillada, o algo así. Llama la atención que apareciera entre los firmantes Pepe Mena, ex concejal de Fiestas, en representación del Partido Comunista de España, que fue el creador de las ninfas, siendo alcalde Carlos Díaz, y con un gobierno municipal de izquierdas que pactaron PSOE, PSA y PCE para que no gobernara la UCD. Cuyo cabeza de lista, Pedro Valdecantos, era un hombre muy respetado, que poco después se pasó de la UCD al PSOE y terminó como gobernador civil socialista.

Por mano del demonio resulta que a la diosa y a las ninfas las creó el Partido Comunista de España, tras convocar una comisión ciudadana (Podemos no ha inventado la democracia participativa), que lo aprobó y le otorgó sus bendiciones laicas. Porque la diosa (cuyo nombre indignó a la derecha de Cádiz, por irrespetuoso) y las ninfas (que sonaban a paganismo) eran las representantes del pueblo femenino, democráticamente elegidas entre las gaditanas de toda condición social, tanto si eran guapas o feas, fofisanas o flacas. Por el contrario, sustituyeron a la Reina de las Fiestas Típicas Gaditanas y sus damas de honor, que eran nombradas a dedo entre famosas o señoritas del régimen, como María del Carmen Martínez-Bordiú y Franco (en cuyo honor se creó un Batallón Infantil en el que desfilaron muchos niños gaditanos, algunos de los cuales hoy son muy progresistas), o Maribel Fraga.

Por qué la diosa y las ninfas, que fueron una conquista jaleada del feminismo comunista gaditano, han pasado a ser un ejemplo de discriminación retrógrada y machista, es un misterio. Pero valoremos que entender las cosas de un modo racional en Cádiz es difícil. Con la incoherencia se justifica todo. Y ayer podías cantar el Cara al sol en un campamento de la OJE y hoy ser más anticapitalista que nadie. Forma parte de la evolución política de ciertas especies.

José Joaquín León