HEMOS leído en la prensa (concretamente, en un informe de Joaquín Benítez publicado en el Diario) que en Navantia de Cádiz fueron reparados 39 cruceros en 2023, de los que 12 eran de grandes dimensiones. Eso demuestra la especialización del astillero gaditano, que no hace tantos años languidecía sin carga de trabajo. En diciembre, se publicó que Dragados Offshore necesita más suelo para su planta de Puerto Real. Le pidieron a Teófila Martínez, como presidenta de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, 84.803 metros cuadrados para ampliar sus instalaciones. ¡Qué envidia para Manuel Vizcaíno! ¿Cuántos estadios nuevos podría construir en ese suelo, o en los terrenos de Delphi que ha inscrito el Cádiz CF como propios?

En Dragados Offshore están preocupados por los nuevos encargos que les pueden hacer. Preocupación porque hay trabajo. Ya tienen empleo en la Bahía hasta 2027, con las plataformas HVDC (High Voltage Direct Current). A Dragados le hacen encargos porque es una referencia mundial, una empresa puntera para la promoción de la energía eólica marina, que tanto gusta en los mares del norte de Europa.

No es como el petróleo. Ni como los aviones, que quieren prohibir algunos ecologistas, o limitar a los viajes interoceánicos. ¡Ay de la Aeronáutica, que tantas hambres quitó en nuestra Bahía! Y esa es otra curiosidad. Unos días dicen que falta trabajo en las fábricas de Airbus y hacen reconversiones. Y, al poco tiempo, dicen que no pueden atender tantas peticiones de nuevos aviones. Y después hacen otra reconversión.

En nuestra Bahía predomina la leyenda urbana de que no hay trabajo para las industrias. Pero, cuando lo hay, como es el caso de Dragados Offshore, se considera “preocupante”, porque necesitan más suelo. A lo mejor el problema consiste en distribuir bien el suelo existente. No lo sabemos. Pero Dragados y Navantia acreditan que la industria de la Bahía es competitiva cuando se trabaja con calidad y según las necesidades del mercado. Y no hace falta hablar de los sordos de la Bazán, ni de otras pamplinas que tanto daño hicieron en el pasado.

Tampoco parece que la inteligencia artificial esté acabando con las necesidades industriales. La mano de obra ya no es como la del siglo XX, se necesita empleo de especialistas. Y no deberíamos ser agoreros, sino entender que se debe ofertar empleo de calidad para retener a los jóvenes, facilitar proyectos que creen valores sin vender humo. Eso también sirve para Zona Franca. Hay que elegir bien lo que se ubique en suelo gaditano.

José Joaquín León