PODRÍA escribir (y lo escribo) que el alcalde Bruno progresa adecuadamente, en materia de iluminación navideña en Cádiz. Puede que la de este año sea la mejor del siglo XXI, a pesar de las quejas por la plaza Mina y la calle Valverde. Siendo un dato positivo, no era de una dificultad extrema, ya que en los tiempos de la alcaldesa Teófila lo cuidaba con moderación más bien austera, y en los tiempos del alcalde Kichi se practicaba el oscurantismo navideño y hasta alguna vez no se iluminó a tiempo. Hay que tener en cuenta que a los aguafiestas que no celebran la Navidad no les gusta que se iluminen las calles. Creen que los demás se deben sentir tan tristes como ellos. Y a los fariseos que dicen que ese dinero se podría dedicar a los pobres se les puede recomendar la lectura del Santo Evangelio según San Lucas. En el pasaje del frasco de perfume de la Magdalena, donde se responde a ese asunto con palabras de Nuestro Señor Jesucristo, cuyo natalicio se celebra.
Iluminar las calles de una ciudad, en Navidad, es costumbre que se practica en casi todo el mundo civilizado. En Europa, se recuerda en diciembre sus raíces cristianas y además de luces hay mercadillos. En Nueva York, donde ha conseguido la Alcaldía, Zohran Mamdani, de origen musulmán, muy votado por los inmigrantes pobres, y miembro del Partido Demócrata en su ala izquierda, también iluminan calles y avenidas, y es digno de ver el bullicio en Times Square.
En España, el municipio que más presume de tirar la casa consistorial por la ventana en Navidad es Vigo. Allí es alcalde Abel Caballero, del PSOE, que fue ministro de Transportes con Felipe González. Y no está en la cárcel, como el penúltimo ministro de Transportes con Pedro Sánchez. No es lo mismo la mordida en el turrón de Jijona que en el de Alicante. Iluminar las calles para estas fiestas es bonito. No es de derechas ni de izquierdas. Y los catetos serán los que no han viajado. Es costumbre internacional.
En Cádiz, este año la iluminación ha pasado de pueblo a ciudad. Han mejorado bastante las plazas de San Antonio y San Juan de Dios. Es verdad que Valverde es perfeccionable, como otras calles. En Andalucía, no es lo mejor de lo mejor, porque en Sevilla y Málaga se gastan mucho más dinero, pero también tienen muchos más habitantes que Cádiz. Aun así, se nota. El pasado fin de semana se vio lleno el centro histórico gaditano, con mucho público, y con los restaurantes y bares llenos.
Es bueno que haya un ambiente navideño alegre, porque estar amargados produce depresión.
José Joaquín León
