LA cosa empezó en Cataluña y puede terminar también en Cataluña. O no. Pedro Sánchez se va a jugar su futuro a cara o cruz. Está en una situación desesperada, cercado por el caso Koldo, y con su esposa en el punto de mira mediático. Así que fía todo a una jugada de riesgo. Desde el miércoles, cuando Pere Aragonès convocó elecciones anticipadas en Cataluña para el 12 de mayo, estaba clarísimo que esa decisión no era una ocurrencia de ERC. Ha sido planificada por el PSC, ERC y los Comunes. Y tiene por objetivo dejar en fuera de juego a Puigdemont y pillar con el paso cambiado al PP.

Lo dije el jueves en El Mirador de Canal Sur Radio: es posible que Pedro Sánchez convoque elecciones generales en otoño. No es una parida. Al parecer, Juanma Moreno piensa lo mismo. Si los socialistas ganan en Cataluña y se recuperan en las europeas, Sánchez podría derrotar a Feijóo. Aunque si fracasa en Cataluña y en las europeas, puede que también tengamos elecciones, porque le será más duro resistir.

Las elecciones de Cataluña van a decidir la política española. Benefician al PSOE y el PSC. Según las encuestas, puede ser el partido más votado. Un triunfo les ayudaría para las elecciones europeas, que el PP plantea como una segunda vuelta del 23-J. Además de que Illa, de momento, se ha ido de rositas con las mascarillas, pero en los próximos meses puede haber sorpresas.

Benefician también a ERC en su batalla con Junts. Puigdemont no será amnistiado a tiempo. Puede que sea el candidato, pero es cobarde, no volverá para ir a la cárcel. Es difícil que Junts gane estas elecciones. Con lo cual el efecto Puigdemont se iría al garete. Seguiría quizás en Bruselas, como un elemento exótico. Por otra parte, Ada Colau y sus comunes se quieren cargar a Yolanda Díaz como lideresa de Sumar y la han dejado en ridículo, camino del gori gori.

Además, han pillado despistado al PP en Cataluña. Feijóo debe ser coherente y no permitir que su lista esté encabezada por Alejandro Fernández, que es un mal candidato y sólo tuvo 3 escaños. Debe ser fiel a su idea de reconstruir un PP catalán como el andaluz: autonomista y moderado. Y, por supuesto, sería un acierto unirse con Ciudadanos, que consiguió 36 escaños en 2017. Gran parte de los que votaron a Inés Arrimadas se pasaron en 2021 al PSC, que ganó 16 escaños. Para que salga cruz, el PP necesita un revulsivo y olvidarse de las cayetanadas. Cataluña es España, pero no es Madrid. Pedro Sánchez lo sabe.

José Joaquín León