ESTAMOS en la Cuaresma más difícil de la historia reciente. Incluso más que la del año pasado. Porque en 2020 todo se desarrollaba con normalidad relativa. Incluso el Vía Crucis de las hermandades, con el Señor de la Salud, de Los Gitanos, que salió a las calles y fue trasladado a la Catedral el lunes 2 de marzo de 2020. Hasta ahí se mantuvieron los cultos sin problemas. Pero el primer viernes de marzo, día 6, ya se celebró el besapiés de Jesús Nazareno, del Silencio, en modo veneración. Y una semana después ya estaba todo suspendido y la gente confinada en sus casas. Sin embargo, en estos días ya cuaresmales de 2021, mantenemos un equilibrio entre la salud y la economía, según dicen las autoridades. Y hay que buscarlo también entre la salud y las devociones, que no se pueden perder.

En las pasadas semanas hemos visto diferentes actitudes ante los cultos de reglas. Hermandades que los han convocado, con las debidas restricciones de aforo en los templos. Hermandades que han recurrido al streaming en los canales de Youtube, ante la escasa capacidad de sus capillas. Hermandades que han optado por combinar lo presencial y también lo telemático para quienes no pudieran asistir. Hermandades que han suspendido o aplazado sus cultos…

Cada caso es diferente. Ni todas tienen el mismo número de hermanos, ni la capacidad los templos es la misma. Hay que respetar las decisiones. Y hay que procurar que las adoptemos con sentido común. Sin perder de vista las recomendaciones de la autoridad eclesiástica, que se ha pronunciado al respecto. En las normas que hizo públicas el Arzobispado el 25 de enero, se aconsejaba mantener los cultos internos siempre que fuera posible. Este último matiz es importante. En un Acto Eucarístico de las Sacramentales, celebrado en la parroquia de la Magdalena el pasado 21 de enero, el arzobispo, Juan José Asenjo, en su homilía, alertó sobre el problema que podemos tener si los fieles se acostumbran a las misas televisadas y dejan de acudir a las iglesias. No se refería, obviamente, a los fieles de riesgo, que están justificados.

Si nos fijamos en el amplio programa de actos que organizará el Consejo General de Hermandades y Cofradías en Cuaresma, vemos que se apoya más en lo presencial que en lo telemático. Siempre ajustándose a las normas. Pero ahí tenemos el Vía Crucis de mañana, presidido por el Nazareno de la Corona en la Catedral, aunque la imagen no se moverá, como en otros actos penitenciales similares. Destacables son las exposiciones, incluidas las organizadas en colaboración con el Ayuntamiento, que fueron presentadas en una gala convocada en el Teatro Lope de Vega el pasado martes.

Si podemos asistir a una gala o un concierto en un teatro (o tomar un café o una cerveza en el bar de la esquina), creo que también se puede acudir a un triduo, o un quinario, o a otros cultos. Con mascarilla, gel y con todas las medidas. En caso de duda, hay que valorar los sentimientos y cuidar las devociones, que son el sustento de la fe en nuestras hermandades.

José Joaquín León