HA pasado lo que tenía que pasar, que ha sido la investidura de Mariano Rajoy según Sevilla. Según Felipe González y según Susana Díaz, que pusieron los puntos sobre las íes cuando ya preparaban las urnas. Es posible que si el PP se hubiera abstenido en la última elección de Susana como presidenta de la Junta, antes de que necesitara los votos de Ciudadanos, se hubieran ahorrado muchos sofocones. Porque si todos los partidos aprendieran a respetar que gobierne la lista más votada en todas las ocasiones (y no sólo en las que te conviene) se tendría un principio exigible, no sería necesario romper partidos por la mitad.

Claro que en Sevilla también había ocurrido lo de Juan Espadas, que llegó al poder sin ser el más votado y de la manita de Podemos (bajo su marca de Participa Sevilla). Por lo que Zoido y otros alcaldes del PP andaluz se quedaron con las ganas de repetir. Todo eso ha derivado en lo de ayer: Pedro Sánchez se queda fuera del Congreso, sin su silla, por culpa de los de Sevilla. No se abstuvo, ni tampoco votó no es no (la especialidad de la casa), pero ahora se ha quedado sin escaño.

Si Pedro va a viajar por toda España para preguntar a la militancia qué opinan, hay que aconsejarle que a Sevilla no se desplace ni el viernes ni el sábado, que es cuando sale el Gran Poder. Vendrán 200 autobuses, y sin regalar bocadillos a esos viajeros. El Gran Poder no tiene nada que ver con el pequeño poder de los egoístas como Pedro, que prefería matar a su partido, como si fuera el niño de Guzmán el Bueno, y él mismo les arrojó el puñal. Ahora le toca empezar la reconquista del PSOE, aunque le será difícil empezar por Asturias (que es donde empiezan las reconquistas) porque allí está Javier Fernández, que también quiere reconquistar el PSOE. Ya se verá quién gana.

En la acera de enfrente, en el PP, también vienen tiempos cambiantes. Visto desde Sevilla, se está a la espera de si nombran a Juan Ignacio Zoido ministro de Justicia, como dicen algunos, o se queda como estaba. Y si prospera esa idea de “Una persona, un cargo”, que se ha aplicado Loles, y que choca con la idea de toda la vida en el PP, que era: un hombre o una mujer que funcionen bien son preferibles a uno o una que está por ver. Dicen que aquí también está por ver quién gana.

De momento, las calles las han ganado otros. Aunque Mariano Rajoy sigue. Ya tiene su cargo, a diferencia de Pedro.

José Joaquín León