LA foto de Juan Espadas saludando al nuevo arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, en la Catedral ha dado la vuelta a España. Puede ser como la foto de la tortilla, pero en versión siglo XXI, otra imagen para la antología gráfica del PSOE. Ha llamado la atención más allá de Sevilla porque a Espadas ha pasado a ser el nuevo líder del PSOE de Andalucía, y se le valora como el sepulturero político de Susana Díaz, como la esperanza blanquiverde del sanchismo converso, y no como lo que representa en esa foto: no se le ve ya como el alcalde de Sevilla. Es la imagen de un cambio de ciclo, en el Arzobispado y el Ayuntamiento. La etapa que empieza en Andalucía, con Espadas como candidato a la Junta, tiene consecuencias en Sevilla: un vacío de poder.

Aunque el alcalde siga en su despacho de la Plaza Nueva, al menos durante unos meses, sus nuevas funciones le obligarán a frecuentes giras por Andalucía. Ya las ha realizado en la campaña de las primarias, pero ahora debe buscar el voto de todos los andaluces, no sólo de los militantes socialistas, ni tampoco sólo el de los sevillanos. Misiones más complejas y diferentes, que han coincidido en el tiempo con la llegada del nuevo arzobispo, José Ángel Saiz Meneses. Es una cuestión no tan secundaria para el alcalde, que además de socialista es católico practicante, lo que en el PSOE se ha intentado disimular desde los tiempos de Paco Vázquez. Aunque la rival de Espadas también se haya presentado a veces como la Madre Susana de Triana.

Aparte de las cuestiones espirituales, las hay terrenales. El PP sevillano contribuye a ese cambio de ciclo que ya se ha marcado en el horizonte de la ciudad. El relevo de Beltrán Pérez como portavoz municipal abrirá la carrera para los candidatos. Sin Espadas para la reelección, el PP tendrá más opciones de recuperar la Alcaldía de Sevilla. No con los 20 concejales de Zoido en 2011 (¡oh tiempos!, ¡oh costumbres perdidas!), sino con la ventaja de que el PSOE prescindirá del único alcalde que le queda en las grandes ciudades de España, y lo destinará a la lucha por la Junta.

Tanto el PSOE como el PP contarán con nuevos candidatos a la Alcaldía de Sevilla en mayo de 2023. Y eso se sabe ya, a mitad de mandato, con casi dos años por delante hasta volver a votar. Una situación de provisionalidad y objetivos confusos, de ambiciones personales y casting de candidatos que augura un mal presente para la ciudad. Se ha ganado un buen candidato para Andalucía a costa de perderlo para Sevilla. En un momento donde en esta ciudad no hay ideas claras, ni liderazgo, ni recambios fuertes a la vista.

José Joaquín León