UNO de los tópicos más utilizados afirma que se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío. En realidad, depende del nivel del agua y de lo que se quiera ver. Sin embargo, cuando se trata de calcular el nivel de los pantanos, siempre se los ve medio vacíos, o casi vacíos; y no nos acordamos de que en otoño dijeron que estaban medio llenos, y en tiempos no tan lejanos hasta soltaron agua; y se elogió que gracias a Dios que construyeron el embalse de Melonares, porque nos aseguraba el consumo para tres años. No hay que fijarse en julio (raramente llueve en julio en Sevilla), sino en todo el año hidrológico.

Los pantanos de la cuenca del Guadalquivir no están medio vacíos, sino peor: al 25% de su capacidad. Están con un cuarto de depósito. Es como la gasolina del coche, cuando se acerca al límite de “vaya usted a la gasolinera”. Con la lluvia no hay gasolineras, y cuando vienen tan mal dadas, sólo nos quedaría rezar y organizar alguna procesión extraordinaria (con permiso de la autoridad y si la ola de calor no lo impide), para implorar unas rogativas.

El embalse de La Puebla de Cazalla estaba al 1,96% y era el peor de la cuenca del Guadalquivir. Ese embalse está a punto de cerrar por falta de existencias. Es una ruina grande para algunos municipios de la Sierra Sur de Sevilla, donde ya están padeciendo restricciones. Por el contrario, el mítico embalse de Melonares está al 57, 44% y el de la Minilla al 63,54%. Estos son los que abastecen a la capital de Andalucía. Y aún los podemos ver medio llenos, si bien pierden agua día tras día, porque no llueve y hace calor sahariano.

Juanma Moreno, presidente de la Junta, ha alertado de la gravedad del problema de la sequía para Andalucía. Anunció que el próximo año se pueden perder 140.000 puestos de trabajo si no llueve en condiciones. Juanma irá a Bruselas para que se enteren allí de que el problema no es sólo Doñana, ni siquiera el problema es la vicepresidenta Teresa Ribera, que siempre está enfadada, sino que el problema es la sequía y los pantanos medio vacíos.

Aparte de enterarse en Bruselas, también se deberían enterar los andaluces. La solución no consiste sólo en construir más pantanos, y reparar los desperfectos y fugas que favorecen el despilfarro del agua. Es urgente ajustar más el consumo a las existencias. No se puede gastar lo que no tenemos. El agua debe llegar a fin de mes. Un menor consumo de las familias ayudaría al ahorro, pero no basta, no es eso lo que deja más desabastecidos los pantanos. Hace falta un plan efectivo, realista y sin demagogia. Actúen en consecuencia.

José Joaquín León