ANTAÑO organizaban actos oficiales de colocación de la primera piedra. Con pico y pala, y enterraban periódicos. Poner la primera piedra en unas obras tiene algo simbólico y casi bíblico. Recuerda al evangelio de Mateo y al salmo: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular”. Y, en el caso de la línea 3 del Metro de Sevilla, se podría añadir lo que viene a continuación: “Ha sido un milagro patente”. Porque milagroso es que empiecen las obras. Aunque en esta ocasión, para celebrarlo, no hubo piedras, sino abucheos a Pedro Sánchez, contestados por otros a Juanma Moreno y José Luis Sanz. Depende de la acera de Pino Montano, si es la derecha o la izquierda. Vivimos tiempos revueltos. Broncas hasta para las inauguraciones.

Otra cuestión, digna de meditación. En algunos telediarios dijeron que el presidente Sánchez había inaugurado una línea de Metro en Sevilla. ¡Anda ya! La línea 3, en el tramo entre Pino Montano y el Prado, estará operativa en 2030, o sabe Dios cuándo. Los más viejos del lugar, e incluso algunos jóvenes incrédulos, no tienen muchas esperanzas de viajar en esa línea algún día. El Metro de Sevilla no se hace para hombres y mujeres de poca fe, sino para quienes creen sin haber visto.

La línea 3 del Metro se empieza a construir antes que la línea 2. Otra singularidad. Recuerda a Rayuela, la obra emblemática de Julio Cortázar, que empieza por el capítulo 73 y luego sigue dando saltos: 1, 2, 116, 3, 84, 4, 71, 5… Es decir, el Metro de Sevilla es más enrevesado, porque en Rayuela se pasa del 1 al 2, y en el Metro del 1 al 3, y después parece que van a construir la línea 2. Ya se anuncia la licitación del trazado de la 2, que debe llegar hasta el Aljarafe, por un lado, y hasta el aeropuerto, por otro. Después no se sabe lo que sigue, si la 5, la 4, o la 27.

A los vecinos de Sevilla Este y Triana les gustaría que construyeran pronto la 2, pero de momento tendrán menos suerte que los de Pino Montano. Claro que más suerte tienen en Los Remedios, Nervión, Amate, La Plata o Montequinto, donde ya disponen de paradas en la línea 1. Igual que los vecinos de Mairena del Aljarafe y San Juan de Aznalfarache. Una nueva curiosidad es lo que ocurre en la Puerta Jerez en Semana Santa, donde no siempre se puede uno subir al Metro. Dicen que por seguridad. Es un Metro bastante surrealista, y con pocos vagones,

Esperemos que estas obras de la línea 3 no se retrasen como las del tranvía de Santa Justa, en justo homenaje a las generaciones futuras, que lo disfrutarán en próximas décadas. Y no sean impacientes: en la línea 1 tardaron 33 años desde que empezaron las obras hasta la inauguración.

José Joaquín León