A veces se dice que si las cofradías no existieran habría que inventarlas. Algo parecido le he oído al arzobispo Asenjo, al que empezaron criticándolo por poco cofrade, aunque después de la salida extraordinaria del Gran Poder ya no. Pero no es sólo en la pastoral religiosa donde es una suerte para Sevilla que existan las cofradías, sino también en el mundo civil. Por ejemplo, en el caso de los Baños de la Reina Mora. Si la Reina Mora no se va a quedar sin los baños es gracias a una cofradía, la de Vera Cruz, que realizará la restauración por fases. Y, como pasa siempre, ha sido tras una discusión política.

Los Baños de la Reina Mora están en la zona maldita de Sevilla, al lado de la capilla del Dulce Nombre de Jesús. Es decir, cerca de la Comisaría de la Gavidia y de San Hermenegildo. Gracias a que los baños fueron cedidos en uso a la Vera Cruz, durante un periodo de 25 años, se salvarán. A diferencia de otros inmuebles céntricos, a cargo de las administraciones.

En el caso de Vera Cruz, su hermano mayor, José de Cristóbal González, me recordaba recientemente que se habían visto envueltos en una polémica política, sin buscarlo ni desearlo. Todo porque la cesión fue realizada por el entonces alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, poco antes de las elecciones municipales de 2015. Eso motivó que se opusieran el PSOE y grupos de izquierda, al considerar que privatizaban un espacio público, que previamente había sido expropiado.

Por supuesto, una vez que se produjo el cambio de la tortilla en el Ayuntamiento, ni Juan Espadas ni el concejal Juan Carlos Cabrera van a montar un cirio por este motivo. Al contrario, ya tienen licencia de Urbanismo. Y deberán estar agradecidos a la Hermandad de la Vera Cruz. Van a emprender las obras por fases, y eso facilitará que todos estén contentos. Permitirá que los Baños de la Reina Mora se puedan visitar y  utilizar para actividades culturales del ICAS, según el acuerdo alcanzado.

Privatizar lo inútil no es malo. Mucho peor resulta que esté abandonado lo público. Se podrían añadir decenas de ejemplos (en esa zona de Sevilla y en otras) de edificios sin uso y en proceso de ruina. O los proyectos que han anunciado y no cumplen. Las cofradías han salvado muchos templos y muchos edificios en Sevilla. Y más que salvarán. Por desgracia, deben lidiar con la incomprensión de algunos políticos y con el rencor de los envidiosos.

José Joaquín León