APROVECHANDO que mañana tienen un disparate en Cataluña, voy a recordar que uno de los principales monumentos de Cádiz está dedicado a un gaditano cuya familia paterna era de origen catalán: Segismundo Moret y Prendergast. El monumento a Moret es algo más que un monumento. Son conocidos sus vaivenes. Allí se han concentrado los últimos supervivientes de Los Pabellones, con Miguelito y demás, pero también se han visto sentadas poco cuidadosas. El monumento causa asombro a nuestros visitantes. La semana pasada, iba por allí y unas señoritas me preguntaron quién era ese tal Moret. Yo contesté: “Sólo les digo que este señor no se merece que Cádiz le dedique este pedazo de monumento por haber nacido aquí. Si hubiera nacido en Olot, o en Reus, no lo tendría”. Ellas, que eran claramente catalanas, se hicieron un selfie con palo, por llevarse un recuerdo.

ENTRE los múltiples despropósitos que se generan en Cádiz, de un tiempo a esta parte, está la polémica por el Voto de la Ciudad a la Patrona. En 2015, el primer año de José María González en la Alcaldía, se negó a participar y le cedió el marrón (según lo ven ellos) al entonces concejal de Fiestas, Adrián Martínez de Pinillos, que acudió muy correctamente vestido, según el protocolo, con un aire personal, como a lo Salvochea. La intervención, en cuanto al contenido, no pasó a la posteridad, ni se recuerda especialmente. Desde entonces, atendiendo a las presiones laicas (por no decir ateas), decidieron no participar. Olvidando que no es una responsabilidad de Podemos, sino de la ciudad de Cádiz a la que él representa.

ALGUNOS proyectos curiosos que se plantean en esta ciudad encuentran poco eco, y se terminan perdiendo. Un ejemplo puede ser el plató acuático que ha propuesto el portavoz de Ciudadanos en Cádiz, Juan Manuel Pérez Dorao, como alternativa para crear una industria cinematográfica en la Bahía gaditana. Algunos pensarán que como Juanma va a entrar en Onda Cádiz TV próximamente, se le ha subido a la cabeza el sector audiovisual, y ahora se cree que es Enrique Cerezo, o uno de esos. Pero no es eso, no es eso. La iniciativa fue presentada en el Ayuntamiento de Cádiz en 2015 (con el resultado habitual de lo que se presenta allí) y en el Parlamento de Andalucía en 2016. Aunque no lo parezca, esto va en serio.

A estas alturas suena a chiste que se monte otra polémica con el Hospital de Puntales. Se comprende que la Zona Franca pregunte por lo suyo, después del cobazo que le dieron en los tiempos de José de Mier, que aportó 13 millones de euros en plan tocomocho, mientras la Junta de Andalucía se lavaba las manos. Ahora le toca el turno de las reclamaciones al delegado actual, Alfonso Pozuelo, que ha deslizado la opción de convocar un concurso de ideas, para ver qué hacen allí, si es que hacen algo. Sin embargo, resulta que organizar un concurso de ideas en Cádiz es arriesgadísimo. Todo concurso gaditano, incluso el del Carnaval, tiene peligro.

LA celebración del 24 de septiembre en San Fernando ha servido para reivindicar una cuestión básica en estos días: el referéndum ilegal organizado por Puigdemont y los suyos no es progresista. Todo lo contrario. En el acto del Teatro de las Cortes isleño intervinieron dos políticos del PSOE: el vicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios, y la alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada. El discurso del invitado estuvo a cargo del filósofo y escritor Fernando Savater, que fue uno de los artífices de UPyD. Ninguno era del PP. Los tres defendieron el constitucionalismo. Porque esto no va de Rajoy contra Cataluña, sino de la democracia de España contra un desafío ilegal.