LAS encuestas públicas y privadas insisten: PSOE y PP se disputarán la Alcaldía de Sevilla, con un margen estrecho y una diferencia de pocos votos. No es novedoso. En el siglo XXI, ha existido bastante igualdad en el resultado final entre el PSOE y el PP, excepto en 2011, cuando Juan Ignacio Zoido alcanzó una mayoría absoluta apabullante para los populares. Las elecciones de 2023 se pueden parecer a las de 2003. Entonces el PSOE ganó con 14 concejalías, el PP consiguió 12, el PA obtuvo 4 e Izquierda Unida se quedó con 3. Alfredo Sánchez Monteseirín mantuvo la Alcaldía, gracias a su primer pacto con Izquierda Unida, ya que en 1999 había gobernado con el PA. Sin mayoría, los terceros son decisivos.

LAS próximas elecciones municipales ofrecen algunas peculiaridades inimaginables en la provincia de Sevilla. Una es que Francisco Toscano y Juan Manuel Sánchez Gordillo ya no se presentan para repetir en las Alcaldías de Dos Hermanas y Marinaleda, respectivamente. Otra es que Fernando Rodríguez Villalobos no optará a la presidencia de la Diputación de Sevilla; aunque sigue compareciendo, de forma testimonial, como número 2 en la candidatura del PSOE por Castilleja de la Cuesta. Una Diputación Provincial sin Villalobos en la presidencia resultará rarísima. Según las encuestas, el PSOE es favorito para seguir gobernando, y el PP lo tendrá difícil, pero no será lo mismo, pase lo que pase.

POR un concejal, por un puñado de votos, Antonio Muñoz o José Luis Sanz conseguirán la Alcaldía de Sevilla o se quedarán en la oposición. La fortuna de uno será la desgracia del otro. Se lo juegan todo a un penalti. Eso es lo que dicen las encuestas y lo que ha escrito Iván Redondo, el gurú defenestrado que ahora patrocina a Yolanda Díaz, y que considera favorito a Muñoz por un concejal. El 28 de mayo será un día grande. Se celebra el Rocío en Andalucía y en Cataluña. Y, además, las elecciones municipales. En la víspera del lunes de Pentecostés, pocas horas antes del salto de la reja, se conocerá quién es el próximo alcalde. Unos darán saltos antes de tiempo.

YA pasó la final de Copa. Pero lo que pasó fue lo suficientemente lamentable como para que no quede en el olvido. En Sevilla se han disputado muchas finales de fútbol, europeas y españolas. Y, además, el Sevilla y el Betis han participado en competiciones que han atraído a hinchas ingleses, alemanes, italianos, franceses, escoceses, holandeses, turcos y lo peor de cada casa. Según algunos guarrólogos, hasta ahora la hinchada que más ensució la ciudad fue la del Celtic de Glasgow. Sin embargo, ha sido superada por la del Osasuna de Pamplona. El impacto económico de la final creo que fue de 50 millones, según dijo el alcalde, Antonio Muñoz, pero el impacto de porquería ha sido enorme. Otro récord...

VIVIMOS en unos tiempos en los que hacen falta récords. En el siglo pasado, cada vez que clausuraban unos Juegos Olímpicos, decían que habían sido los mejores de la historia. Samaranch lo dijo en Barcelona 92. Actualmente, la superación del pasado es el símbolo del éxito. Hemos vivido la mejor Semana Santa de la historia y la mejor Feria de la historia. Por lo menos, de la historia reciente, de la que recuerdan los más viejos del lugar. Sin embargo, no basta con eso. Además de ser la mejor, hay que superar todos los récords. Pues un éxito sin récord nos sabe a poquita cosa.