LA sesión del lunes 23 de enero de 2016 pasará a la historia del Carnaval. En todo el siglo XXI no se había visto una función más churretosa. Con todos los respetos por las cuatro agrupaciones que cantaron, entre las que destacó la chirigota de Antonio Pedro Serrano, El Canijo, denominada ‘No valemos un duro’. Montar una sesión, aunque sea de preliminar, que se quedó en cuatro por las retiradas, va contra la idiosincrasia de este concurso, que es terminar siempre a las tantas y media. Acabar antes de la medianoche parece rarísimo. Hasta Miriam Peralta y Enrique Miranda lo comentaban en la retransmisión televisada de Onda Cádiz. Como que faltaba algo.

En realidad, lo que faltaba era la segunda parte completa. Pues cuando llegó el final parecía que los espectadores salían para el descanso. Con razón acudió a esa sesión el rápido extremo cadista Alvarito. ¡Si es que pasó como un suspiro! Algunos dirán que mejor, pues otras veces se hace muy largo y es un tostón.

No se le pueden echar las culpas a las agrupaciones que se dan de baja. El Carnaval tiene una burbuja. Lo han inflado este año de un modo lamentable. Le han soplado sesiones innecesarias, para recaudar más en taquilla. Y así les ha salido un cartel en el que a veces falta un nivel mínimo de calidad. Si cantan la comparsa de Los Carapapa y el coro de Martínez Mora, como pasó el martes, pues OK. Se disimula mejor. Pero si ocurre lo del lunes, se nota demasiado.

Por otra parte, se ha visto que incluyendo a cuatro o cinco agrupaciones  es posible programar dos sesiones diarias: de tarde, a las 18 horas; y de noche, a las 21 horas. O programar una sola sesión, con ocho o nueve agrupaciones, empezando a las 20 horas. Se ahorrarían días de concurso.

Las preliminares eran criticadas por su bajo nivel de calidad. Con el inflado que le han dado este año, para aumentar el número de sesiones, lo han dejado todavía peor. En el fondo de todo eso subyace otro problema: estamos acostumbrados a que el Carnaval crezca todos los años. Ya se ha visto que no siempre va a ser así.

José Joaquín León