SERÍA muy oportuno que el pleno municipal, con el visto bueno de la comisión del nomenclátor o lo que sea, apruebe la dedicatoria de una glorieta a las plataformas gaditanas. Ya han dedicado enclaves urbanos a los periodistas, la sanidad pública, la educación pública y otros colectivos. Pero echamos en falta una glorieta que premie la gran labor social de nuestras plataformas. Cádiz no tiene nada reconocido en el patrimonio de la Humanidad, pero debería ser nombrada capital de las plataformas. Hay más plataformas que librerías. Aportaría una temática para otro congreso internacional y la llegada de cientos de visitantes. Se podrían alojar en pisos turísticos, o en el hotel del Campo de las Balas. Según los posibles de los congresistas.

ERA previsible lo que ha ocurrido con el cartel del Carnaval de Cádiz. Es lo que suele pasar cuando se incurre en el populismo de convocar un concurso seudodemocrático para elegir un cartel, al que se puede presentar cualquier aprendiz, y con técnicas abiertas. En unos tiempos donde la inteligencia artificial compite descaradamente con la inteligencia natural. Nada hay más elitista que el arte. Y no es cuestión de derechas ni de izquierdas. No es igual Picasso (un comunista), o Dalí (un surrealista teocrático) que un pintamonas de barriada. La cultura debe fomentar calidad, originalidad y un arte diferencial. La pintura es una de las bellas artes más difíciles.

LA procesión de la Virgen del Carmen, de Cádiz, del pasado martes fue la más multitudinaria de los últimos años. El itinerario había sido ampliado para visitar a las carmelitas descalzas del monasterio del Corpus Christi en Argüelles, y estuvo abarrotado. Había público de todas las edades. Muchos jóvenes y jóvenas (es decir, chicos y chicas, más allá de los tópicos), y eso demuestra que la afición a las cofradías tiene fuerza y es un filón que debe aprovechar la Iglesia de Cádiz. ¿Es devoción religiosa o costumbrismo? En el caso del Carmen, es ante todo sentimiento. Sin sentimiento no hay devoción, y sin devoción es más difícil que brote la fe. La mayoría no va a misa los domingos, pero la semilla está sembrada. Eso es lo que ahora se denomina piedad popular; o sea, la devoción.

DESPOLITIZAR el fútbol ha sido la clave del éxito de la selección de España, campeona de Europa. El paladín de esa despolitización ha sido Luis de la Fuente. Lo nombró seleccionador Luis Rubiales, todo hay que decirlo. Después del pico a Jenni Hermoso, que politizó el éxito de la selección femenina campeona del mundo, se vio a Luis de la Fuente entre los que más aplaudían el discurso de Rubiales. Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y demás gobernantes progresistas colocaron a Luis de la Fuente en el punto de mira. El objetivo era echarlo. Pero los futbolistas hicieron piña con De la Fuente, ganaron por 1-7 en Georgia, y empezó la fiesta. En el Gobierno se quedaron con las ganas de venganza. Aquel día debutó y marcó Lamine Yamal, con 16 años y 57 días.

JULIO es el mes del Carmen. En Cádiz y en gran parte del universo. En Cádiz lo es claramente, porque a pesar de la merma de frailes y la secularización de los tiempos, el templo de la Alameda recupera el esplendor de su historia, aunque sea por unos días. En realidad, se prolonga durante todo el mes, en el que permanece abierto a diario el templo carmelitano, algo que se debería considerar normal, pero que sólo ocurre en julio. Se suele decir, entre los fieles de la Virgen que acuden a las sabatinas, que la devoción del Carmen en Cádiz se divide en dos: los que van siempre que pueden y los que sólo van en julio y después desaparecen. Por eso, la novena es solemne, concurrida y de postín.