A las banderas rojas se les suele tener miedo. Entre otras utilidades, la Bandera Roja puede ser comunista, del Osasuna de Pamplona, o bien para alertar de la prohibición de bañarse en una playa. A estas últimas, que son las más alarmantes, se les ha prestado mucha atención en los últimos días. Han llenado las playas de la costa gaditana de banderas rojas, prohibiendo el baño, en tres días de la segunda quincena de agosto. Con hoteles y apartamentos pagados a precios de oro. Y los del sector hostelero quieren que se bata el récord de turistas. Aunque los incendios y las banderas rojas no son el mejor reclamo publicitario. Sí, siempre les quedarán las piscinas de los hoteles, o las bañeras de sus habitaciones.

CUANDO se habla de la pérdida de habitantes de Cádiz se comete un error: se limita a lo cuantitativo. Es decir, al número de habitantes. Tiene, entre otras cuestiones, un trasfondo político, como casi todo en este país. Influye para el número de concejales. Y si Cádiz baja de 100.000 habitantes, el Ayuntamiento perderá ingresos. Por supuesto, afectará a los gaditanos, que recibirían peores servicios municipales, a no ser que pagaran más impuestos para compensar las pérdidas. Sin embargo, hay otro problema no menos importante: el cualitativo. Porque la cualificación profesional del gaditano que se ausenta suele ser alta.

UNA vez apagados, los dos incendios graves ocurridos en el término municipal de Tarifa se deben investigar hasta sus últimas consecuencias. Es decir, hasta la detención y juicio del autor o los autores, si los hubiere. O hasta el esclarecimiento de las causas naturales que los originaron, para tomar precauciones en el futuro. Cuando se propaga un fuego, está detrás la posibilidad de que exista un pirómano. Incluso hay otro tipo de pirómanos políticos, en las redes sociales, que intentan sacar tajada de una desgracia natural, o un suceso, lo que demuestra su miseria política y su bajeza moral. Tener a alguien de semejante calaña, como ministro de Transportes, certifica el bochornoso nivel al que ha llegado la política española contemporánea.

PARECE mentira, pero este año empieza la Liga de los Arruinados el 15 de agosto. Con muchos aficionados de vacaciones, con las playas abarrotadas, con los hoteles y restaurantes haciendo su agosto... Y con los pirómanos en acción. En los tiempos del innombrable se decía que en España había pan y fútbol, siguiendo el modelo romano de pan y circo. Ahora pan debe haber, pues vienen demasiados inmigrantes, según dicen los de Vox. Y tenemos circo todo el año, y fútbol hasta en el puente de la Virgen de agosto. Con las plantillas sin completar, con unos futbolistas que ya no los conoce ni la madre que los parió, porque cambian frecuentemente de club, para que los intermediarios y directivos también hagan su agosto. En este país, todo el que puede, lo hace, y lo paga, según dijo Pedro.

SORPRENDE que la diputada Esther Francisca Gil de Reboleño Lastortres, gurú espiritual del Movimiento de Sumar en Cádiz, se conforme con pedir el cambio de nombre en el puente José León de Carranza. Debe tener muy buena relación (política) con el ministro de Transportes, Óscar Puente, ya que ha anunciado el cambio de nombre antes de que el Ministerio lo apruebe. Y, además, ha puenteado con Puente a la subdelegada del Gobierno, Blanca Flores. Aprovechando esa relación privilegiada de confianza, le podría haber enviado un pedido más práctico y completo, de cara a la posteridad.