PARECE que Cádiz es como un imán para atraer a los engañabobos. Una vez más van a dar coba a los gaditanos. Y, además, está por medio un gran experto en la materia: el ministro tuitero Óscar Puente. Adif ha presentado la propuesta para la liberalización de los trenes de alta velocidad y de bajo coste de Iryo y Ouigo desde Madrid a Cádiz, entre otros destinos, como Huelva, Galicia, Asturias y Cantabria. Se establece un plazo hipotético, una vez culminada la tramitación necesaria, que podría llegar hasta finales de 2027. Pero es una utopía. En las condiciones actuales no es posible que lleguen trenes low cost AVE de Iryo ni de Ouigo desde Madrid a Cádiz. Por otra parte, tampoco está claro si esa liberalización sería beneficiosa o perjudicial para Cádiz, la Bahía y Jerez.
Los trenes actuales de Iryio y Ouigo, como ya se ha publicado en este Diario, pueden circular hasta Sevilla. Pero, en el tramo desde la capital andaluza a Cádiz no es posible, ya que el ancho de vía no es como el del AVE habitual. Es decir, que serían necesarios otros trenes u otras vías. Y es dudoso que esas empresas realicen una inversión en trenes que serían de dudosa rentabilidad para un servicio barato.
Por otra parte, vamos a suponer una fantasía de ciencia ficción (o una distopía, como la llaman ahora), en la cual los trenes de Iryo y Ouigo pudieran llegar desde Sevilla a Cádiz, parando también en Jerez, El Puerto de Santa María y San Fernando. ¿Qué ocurriría? Pues que se añadirían más trenes a los Alvia de Renfe (que no tiene un AVE a Cádiz, por cierto), pero también a los de Media Distancia que vienen de Sevilla, Córdoba y Jaén, así como a los Cercanías que cubren la Bahía desde Cádiz al aeropuerto de Jerez, y al tranvía de Chiclana y San Fernando llamado Trambahía. En ese supuesto, las vías quedarían aún más saturadas.
En una de las ocasiones en que el servicio de AVE y Alvia entre Madrid y Andalucía quedó bloqueado, el ministro tuitero Óscar Puente salió al quite y culpó a las operadoras baratas por averías de sus trenes. Sobre todo a Ouigo, que es de origen francés y utiliza trenes de inferiores prestaciones a los de Iryo, que es de origen italiano. Por decirlo de otro modo: la cantidad en el servicio de alta velocidad lo ha ralentizado y ha ido en detrimento de la calidad. Lo barato a veces sale caro, como dice el tópico refranero.
Conclusión: tengan paciencia y humildad, no es seguro que los trenes de Ouigo e Iryo lleguen a Cádiz antes de que sea operado el primer paciente en el nuevo hospital de Puntales.
José Joaquín León