AL principio de la democracia parlamentaria, cuando los políticos se insultaban menos, concedían a los gobernantes cien días de gracia. Tres meses y pico en los que se les permitía aterrizar, antes de ejercer la oposición. Sin embargo, en los tiempos de la democracia atrabiliaria, no se le concede a los gobernantes ni cien segundos de gracia. En menos de dos minutos, ya estaba la oposición andaluza criticando al flamante consejero de Sanidad, Antonio Sanz, por no haber solucionado el problema del cáncer de mama. Y en Cádiz ya se le estaba reclamando la inauguración del nuevo hospital de Puntales. Se ha dicho también que lo han puesto para salvarle la cabeza a Juanma Moreno. Nadie espera que lo pongan para que se lo cargue, pero también para que el SAS funcione mejor.
Las primeras medidas parecen sensatas, incluida la de pedir la opinión de un comité de expertos para que la sanidad andaluza, con un presupuesto de 15.247 millones, sea más eficiente. Por supuesto, una cosa es la teoría y otra la práctica. Tampoco se espera a un consejero que llegue al cargo con una varita mágica, ni con un hacha para cortar cabezas de cargos sanitarios (sin causar daños, que se trata de la salud), aunque quizás esa medida sería conveniente.
Antonio Sanz no ha sido nombrado consejero de Sanidad sólo para que ponga en marcha el nuevo hospital de Cádiz. Sin embargo, es cierto que estamos ante la gran oportunidad. El terreno de Puntales está lleno de jaramagos, y ya sin circos, porque no ha tenido nunca un impulsor, alguien que creyera en el proyecto y tirase del carro. Teófila Martínez fue la impulsora del soterramiento y el segundo puente. Se dice que esas obras las hicieron para que Teófila se callara, de tanto como las reclamaba. El hospital parecía que estaba impulsado por Manolo Chaves, cuando era presidente de la Junta de Andalucía, como alternativa a los impulsos de Teófila, que era su rival en el PP. Pero a Manolo se le acabó pronto la cuerda y después pasó lo que pasó. Y ni en la Junta, ni en el Ayuntamiento, se impulsó el hospital. Kichi no impulsaba nada. Y Bruno ha impulsado con más interés, pero la gente no se lo termina de creer. A pesar de que Fran González, en la Zona Franca, parece que está dispuesto a impulsar lo suyo para quitarse ese muerto de encima.
Estamos ante una oportunidad. ¡Que impulsen ellos! Antonio Sanz nació en Jerez y se vino a vivir a Cádiz. Cuenta con los ingredientes para pasar a la historia como el impulsor del Gran Hospital de Cádiz. ¿O no? Pronto veremos lo que impulsa.
José Joaquín León