LA devoción a la Virgen del Rosario forma parte de la historia de España y la humanidad cristiana. En Cádiz, cuenta con el valor añadido de ser la Patrona de la Ciudad, así como de sus hermandades Es de las pocas ciudades españolas que mantienen el 7 de octubre como fiesta local, por ese motivo. Ser la Patrona de Cádiz no es por casualidad, sino por agradecimiento a la Virgen del Rosario, a la que se atribuyen milagros y protección en otros siglos. En los tiempos actuales, sigue siendo una de las devociones esenciales de Cádiz. A pesar de los pesares, y a pesar de las trabas que pusieron algunos para intentar cargarse el voto de la Ciudad.
Si el Rey de España presenta un voto al Apóstol Santiago, patrono de este país, no debería parecer raro que el alcalde de Cádiz (el que sea, y del partido que sea, pues se hace en nombre de todos) le ofrezca el voto a la Patrona de la Ciudad. Entiendo que las creencias del alcalde o la alcaldesa de cada momento son suyas, personales e intransferibles, puede ser católico, ateo, agnóstico o de otras religiones. No se trata de que exprese unas creencias suyas personales, en las que puede estas presente (o no) la devoción a la Virgen, sino de mantener un rito con sentido histórico y que permite un mensaje en nombre de los gaditanos.
Por eso, la Función Votiva es importante. Los concejales asisten como representantes de los ciudadanos. No porque crean que si Jesucristo hubiera nacido hoy sería socialista, del PP, de Podemos o de Vox. Seguro que no sería de ningún partido, porque ninguno representa plenamente lo que predicó, empezando por el amor a Dios y al prójimo. Además de que su reino no era de este mundo, definido como valle de lágrimas, por culpa de la maldad humana, que niega la vida a los que van a nacer y a los que quieren matar antes de tiempo, y odia a los que considera enemigos, o a los inmigrantes sólo por serlos. El papa León XIV lo ha dicho claro. Movimientos pro vida no existen, mientras no estemos en contra de todas las muertes causadas por el ser humano. Y todas significa todas.
Esos detalles, por ejemplo, se deben tener presentes en los votos a las patronas y los patronos. Deberían servir para la reflexión de los gobernantes. Bruno García leyó un texto prudente e institucional. Es necesario trabajar por un mundo mejor, donde la paz y la justicia no estén pisoteadas a diario, donde las masacres sean sustituidas por el pan nuestro de cada día, donde la humildad y la bondad de la Virgen del Rosario sirvan como ejemplo y modelo. Incluso a quienes hacen la guerra y se olvidan del amor.
José Joaquín León