SE puede considerar que la Gades romana está teniendo un notable éxito de público. Y no es sólo porque en Cádiz siempre que se mueve algo acude gente a verlo. Además, parece que se han currado mejor a los romanos que a los fenicios del año pasado. Ambas celebraciones (y las que están por venir en los dos próximos años, gracias a la iniciativa del alcalde Bruno) nos confirma que esta es una ciudad que recuerda bien su pasado, en cuatro etapas fundamentales: Gadir de los fenicios, Gades de los romanos, y la Cádiz americana y la Cádiz constitucional. Por el contrario, los moros pasaron sin pena ni gloria por la ciudad, a diferencia de Sevilla, Córdoba o Granada, donde dejaron patrimonio de la humanidad. Por eso, no se les ha dedicado nada, ya que esta ciudad empezó a mejorar cuando la reconquistó Alfonso X el Sabio. Aunque ese rey no tiene ninguna calle dedicada, ni siquiera una estatua como las de Moret o Castelar.
Con lo cual también vemos que la ciudad de Cádiz recuerda la historia como le da la gana. Bueno, como le da la gana a los alcaldes o alcaldesas de turno, por acción u omisión. Y así un rey sabio puede ser menos importante que otros que casi nadie sabe quiénes eran y tienen sus calles, plazas y alamedas dedicadas. Yo no sé para qué formaron una comisión del nomenclátor, si ha quedado un callejero que es un estropicio para la inteligencia natural y la propia historia de Cádiz.
La historia de Cádiz está muy bien valorada, aunque sesgada, y un punto anárquica. Pero está bien mantener la memoria y recordarla. Sin olvidar que, si nos recreamos sólo en el pasado, se está fomentando uno de los síntomas evidentes de la decadencia. Pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Y que cualquier tiempo futuro será peor. O que la ciudad desaparecerá, por extinción de sus habitantes y porque la inundará un tsunami.
Así sólo vamos hacia atrás, como los cangrejos moros. Pero se debería mirar también hacia adelante. No quedarnos anclados en el tiempo del esplendor. Una buena idea, después de las cuatro miradas que se van a dedicar al pasado, sería mirar hacia el futuro. Y, a partir de 2027, organizar cuatro grandes eventos sobre el Cádiz del siglo XXI, el Cádiz del siglo XXII, el Cádiz del siglo XXIII y el Cádiz del siglo XXIV. Para ello se puede recurrir a la inteligencia artificial y a la Zona Franca, que se guarda suelo para todo debajo de la manga. Aprecien la ventaja de que todas las exposiciones serían de suposiciones. Y eso tiene su encanto, y podría crear ocurrentes expectativas, y daría pistas a los emprendedores.
José Joaquín León