A lo largo de la historia de España, unas razas y civilizaciones han estado mejor vistas que otras. De modo que unos caen bien y otros mal. Y es curioso que la memoria histórica no ha cambiado nada, porque hoy los que caen bien y mal son los mismos que en los tiempos de Franco, como se aprecia con los romanos y los judíos. Los romanos siempre han caído bien y se ponen de ejemplo para la civilización. He oído: “los vascos son brutotes porque no fueron romanizados”. Y los judíos han sido odiados desde veinte siglos antes de que Netanyahu bombardease Gaza. Se aprecia incluso en los pasos de misterio de la Semana Santa.
El pasado martes fue inaugurada la exposición Gades cofrade en la Fundación Cajasol, en la plaza de San Antonio. Acudieron el presidente de la Fundación, Antonio Pulido, y el alcalde de Cádiz, Bruno García, lo que avala la importancia que se concede a esta muestra. Es de las mejores exposiciones cofradieras de los últimos tiempos en Cádiz. Pone en valor a las figuras secundarias de los pasos de misterio, así como la relevancia romana en la Semana Santa gaditana, que no se limita a la escuadra de los romanos del Ecce Homo, que fueron felizmente rescatados por Ramón Sánchez Heredia, y que forman parte del folklore local.
Pues bien, si ustedes lo miran, verán que en los pasos de misterio los judíos siempre tienen caras de malísimos, perversos y odiosos, mientras que casi todos los romanos tienen caras de bobos o ingenuos. Y Poncio Pilato tiene cara tristona, de qué lástima, como si a Cristo sólo lo hubieran condenado Caifás, Anás y Herodes, que eran judíos malos. En la exposición hay textos interesantes, en uno se menciona el proceso de Jesús, que empezó como un caso religioso y terminó como caso político. Empezó con un proceso iniciado por judíos, pero lo sentenció a muerte un gobernador romano, que era quien tenía la potestad para hacerlo.
Nuestro Señor Jesucristo era judío, y fue condenado por los suyos como un hereje religioso, pero a la cruz lo enviaron los romanos. En los pasos de Semana Santa, los latigazos al Señor atado a la columna, las bofetadas, la coronación de espinas, todo lo que duele, se lo hacen los judíos. Mientras que los romanos aparecen como si fueran convidados de piedra. Y Longinos, el romano de la lanzada, se convirtió y hoy es santo.
Por eso, las fiestas del Gades romano de 2025 tienen el éxito asegurado. Los romanos se hartaron de martirizar a los cristianos. No todos eran como San Servando y San Germán. Pero se les ha perdonado. Hasta el Papa vive en Roma.
José Joaquín León