NINGÚN pregonero del sector Carnaval ha sido tratado con tanta desconsideración como Pedro el de los Majaras. Primero, todo el mundo supo que lo habían nombrado porque no aceptó Paco Rosado, que estaba en su derecho de renunciar y no tiene ninguna culpa. Ya de entrada, se servía a José Antonio Rico Segura (más conocido como Pedro el de los Majaras) de segundo plato. Para seguir, su comparsa ‘El ojo de Cai’ fue recibida con frialdad, impropia de lo que él se merecía. Han sufrido bromas malanges sobre un tipo que intentaba ser original. Y, además, les dieron un cajonazo, y los dejaron fuera de cuartos. Todo eso antes de pasar por el escenario de la plaza de San Antonio.

Pedro, que nació un 28 de diciembre, es un señor que ha cumplido 74 años y se merece el máximo respeto y cariño. Ha venido a Cádiz con su comparsa, frecuentemente, desde 1962, cuando debutó con ‘Fantasía de bandoleros’. Anunció que se retiraba en 2015, con ‘Donde candela hubo’, pero ha vuelto otra vez este año

Pedro ha cantado a pelo en el Falla las verdades de su Carnaval, que era el de antes de endiosarse. Ese Carnaval que había cumplido la Transición con la comparsa de Los Majaras, desde ‘Los Sénecas’ a ‘Raza Mora’ o ‘Los Simios’. Hoy, si sacaran una comparsa llamada ‘Raza Mora’, los llamarían racistas, porque hoy se cogen los repertorios (y todo lo demás) con papel de fumar. Tenemos el Carnaval incorrecto de lo políticamente correcto.

Así que lo deberíamos recordar según su trayectoria. No ha sido un Pedro cualquiera, sino el de los Majaras de El Puerto. Una dinastía carnavalesca de la que se le proclamó emperador. Es un superviviente de otros tiempos, de aquellos carnavaleros legendarios que se hicieron a sí mismos, como él, que aprendió a leer en los tebeos porque no podía ir al colegio.

Está claro que el Ayuntamiento, al nombrarlo, buscó el lado nostálgico, ya que no les salió lo otro que intentaron. Pero también está claro que con Pedro el de los Majaras es imposible equivocarse. Nadie hizo tanto como él para unir a Cádiz con El Puerto de Santa María. Y siempre le dio categoría a su comparsa, con la autenticidad por bandera.

José Joaquín León