PARTIDO serio del Cádiz para ganar con merecimiento en Zaragoza. Sexto triunfo consecutivo en Liga. Pleno de victorias en noviembre: cinco de cinco. Desde aquella tarde triste en Almendralejo, el día del Pilar, cuando el equipo parecía embalado hacia el descenso, han cambiado muchas cosas. Pero no es una racha afortunada, ni es por casualidad. Es que Álvaro Cervera por fin ha encontrado un equipo titular fiable y ha dejado de experimentar. En Zaragoza sólo el Cádiz se pudo complicar la victoria al final. Por no hablar del árbitro Areces, que tuvo tres decisiones discutibles.

La baja de José Mari, uno de los futbolistas importantes para el resurgimiento del Cádiz, fue cubierta por Álex. En esa zona ancha Garrido volvió a estar pletórico. Se está convirtiendo, si no lo es ya, en el mejor pivote defensivo de la Liga 1/2/3. Entre él y Sergio Sánchez han contribuido a recuperar esa sensación de seguridad que no hubo en los primeros partidos.

El Cádiz consiguió adelantarse, a los 20 minutos, en una contra de Salvi bien culminada por Lekic. Después el árbitro le anuló un gol a Salvi por una supuesta falta de las que no se suelen pitar. Ahí tenemos otra de las claves del éxito. Lekic es un delantero eficaz desde que está en forma. A su lado, Manu Vallejo se mueve con más soltura. Y los extremos vuelven a jugar como los extremos del Cádiz.

La lesión de Salvi, antes del descanso, motivó la entrada del lateral Carmona en posición más adelantada. Es probable que con Salvi en el campo, el Cádiz hubiera marcado algún gol más en la segunda parte. Carmona cumplió y hasta dio asistencias, pero no desborda ni es extremo. Fue un recurso de urgencia. En la otra banda brilló Jairo, rápido y hábil, al que ya sólo le falta más remate para estar al nivel de Alvarito. En calidad y regate se ha superado.

Tras el descanso, dominó el Zaragoza, que es un equipo abrumado. Tiene la obligación de pelear por el ascenso y está postrado en la lucha por el descenso. Esos nervios le pesan. El Cádiz creó más peligro, saliendo a la contra. Otro gol anulado, esta vez a Manu Vallejo, por fuera de juego que sí era. Pero la ocasión más clara la tuvo Lekic, que se plantó ante Cristian Álvarez, pero chutó al lado equivocado y el portero lo salvó. Cruzándola hubiera marcado el 0-2.

Por no aprovechar el nerviosismo del equipo local, que atacaba a base de pundonor, el Cádiz lo pasó mal en los últimos minutos. El árbitro colaboró pitando una falta rigurosa de Sergio Sánchez al borde del área. Menos mal que Messi no juega en el Zaragoza.

El partido estaba enloquecido. Pudieron empatar, en un chut de Álvaro Vázquez a placer que salvó Alberto Cifuentes. Pero en la última jugada del partido, tras un  córner al que subió el portero zaragocista, el árbitro Areces se volvió a lucir y pitó el final cuando había dos jugadores del Cádiz solos para marcar el 0-2. Tan anecdótico como lamentable.

Entre los aspectos positivos de este Cádiz resucitado está la resistencia física. Corren más y mejor que al principio de la Liga. Ese plus de fuerza física influye también en los resultados. Ya han asegurado la mitad de los puntos para la permanencia.

José Joaquín León