EL Cádiz de esta temporada es un equipo de rachas. Tuvo una excelente en noviembre y parte de diciembre. Pero desde que entró el nuevo año no ha conseguido ganar. ¿Por qué? Por varios motivos, pero sobre todo dos: errores defensivos que cuestan muy caros y la penuria anotadora de Lekic en los últimos partidos. El Cádiz pudo puntuar en Oviedo, lo mereció a ratos, pero estuvo demasiado generoso. Lo mejor del mercado de invierno es el fichaje de Machís. Lo peor es que no han contratado a un delantero centro de garantías. Eso puede costar una temporada mediocre. Los primeros clasificados se están alejando.

Álvaro Cervera tiene sus ideas, que pasan por una defensa sólida y dos extremos rápidos. Ayer colocó de titular a Machís, recién llegado, sacrificando en el once titular a Álex Fernández. Prefirió seguir apostando por la dupla de Manu y Lekic, que ahora no está al nivel de eficacia que mantuvieron en los últimos meses de 2018.

Fiel a su estilo salió el Cádiz. Pudo adelantarse con un gol fantasma que el árbitro no concedió, tras la primera gran jugada de Machís, un extremo que ayer centró bastante bien. Manu Vallejo cabeceó y el portero Champagne sacó el balón desde dentro, aunque en las repeticiones no queda claro si entra completo o no. No había VAR y el árbitro Sagués había empezado anticasero mostrando una tarjeta amarilla a José Mari en el minuto 3, a su primera entrada.

Un partido que se pudo poner de cara se puso en contra. Primer saque de esquina del Oviedo, cedido por Brian. La defensa se despistó y Alberto Cifuentes la sacó, aunque le puso el rechace en el pìe a Carlos Hernández, que sólo tuvo que empujarla. Sin hacer nada, el Oviedo ya iba por delante.

El Cádiz sólo contaba con Machís para crear peligro, porque Salvi no ha recuperado su mejor nivel. Tampoco los delanteros andaban finos. Excepto en la jugada del empate, cuando Manu Vallejo, Lekic y Machís completaron una triangulación virtuosa que el extremo venezolano convirtió en gol. Faltaban menos de cuatro minutos y el Cádiz fue incapaz de aguantar hasta el descanso.

El lateral David Carmona cometió un error de principiante que costó el segundo gol del Oviedo, cuando perdió un balón fácil en las proximidades del área. Fue el principal responsable del gol, pero no el único, ya que Sergio Sánchez no acertó a despejar después y para más fastidio rompió el fuera de juego. También falló Alberto Cifuentes, que tuvo otra vez  la manita blanda y se la puso en el pie a Johannesson para que empujara el balón adentro.

Todo el segundo tiempo fue un intento inútil. El Oviedo controló el partido sin agobios. El Cádiz se fue hundiendo, sin que las entradas de Querol, Alex y Aketxe mejorasen nada. El equipo local tenía el balón y defendía con soltura. Pasaban los minutos y no se apreciaban posibilidades de mejorar. Derrota por deméritos propios.

No tengo claro que el equipo se haya reforzado. Ha llegado Machís y puede que la defensa mejore con Pantic. Pero las estadísticas nos dicen que para estar arriba suele ser imprescindible un delantero centro goleador. El Cádiz no lo tenía y sigue sin tenerlo.

José Joaquín León