GRAN domingo de Carnaval en Soria: el Cádiz consiguió un 0-3. Fue un marcador abultado, gracias a que todo le salió bien al Cádiz en los momentos de dudas. Vimos muchos aciertos, pero también errores, que no costaron un disgusto por la falta de puntería del Numancia cuando encerró al Cádiz en su área, a pesar de que jugaba en inferioridad. Los dos goles que rompieron el partido fueron marcados por Imaz y Aketxe, dos refuerzos de invierno.

Precisamente la titularidad de Imaz fue la novedad en la alineación del Cádiz. No tengo nada en contra de Rubén Cruz, que me parece un jugador honrado y cumplidor, aunque también privilegiado en los minutos que ha jugado, si se compara su aportación con la de otros. Este Cádiz, con Imaz y con Abdullah cada vez más entonado, puede jugar mejor de lo que estábamos acostumbrados. Tampoco se debería minimizar el mérito de Álvaro Cervera. No olvidemos que Salvi y Alvarito son los dos extremos que tenía Claudio Barragán, cuando el Cádiz iba cuarto en Segunda B.

La diferencia puede ser Ortuño, que no pasa por su mejor momento. Quizá se ha obsesionado con ser el máximo goleador. Contó con tres buenas oportunidades (la primera en el minuto 4, que pudo poner al Cádiz pronto con ventaja); y no las remató con la eficacia de otras veces. Hay que darle confianza. Pero también hay que cambiarlo si es menester, como sucedió ayer. Sin olvidar que Güiza aún existe para medias horas.

El Cádiz controló en la primera parte. Salvi y Álvaro explotaban su velocidad, aunque el sanluqueño estaba desacertado en los centros y los últimos pases. Faltaba puntería arriba. La defensa, en general, parecía segura, con el plus de confianza que aporta Aridane, consolidado como uno de los mejores centrales de la Liga 1/2/3.

En la segunda parte todo seguía igual. Hasta que llegaron tres jugadas decisivas: en ellas todo le salió bien al Cádiz. La primera, un fallo de Sankaré dejó a Valcarce solo, pero disparó al larguero con Alberto ya superado. La segunda fue el golazo de Imaz, que enganchó un remate extraordinario tras el despeje de un córner. La tercera fue la expulsión, con roja directa, de Iñigo Pérez, tras una canallesca entrada a Abdullah.

El árbitro González Fuertes estuvo muy bien ahí, y en todo el partido. Después de lo que pasó en Getafe, parece que han tomado nota. El Cádiz tenía el partido muy favorable para rematarlo. Pero pasaron un último cuarto de hora angustioso, con todo el equipo encerrado, y con fallos defensivos, que no costaron un disgusto por poco. Esos minutos tontos hay que valorarlos para que no se repitan. Coincidieron, por cierto, con la salida de Abdullah.

Menos mal que con el partido ya al límite, Alvarito encontró espacios para regalar sendos goles a Aketxe y a Salvi. Aketxe ha jugado tres ratitos y ha marcado dos goles. Salvi se lo merecía por su esfuerzo. Alvaro también se merece el reconocimiento a su entrega y su velocidad. Es un futbolista de postín cuando acierta en los pases. Con sus argumentos reconocibles, tras superar los momentos de agobio, el Cádiz está ahí. Ya no hay que mirar hacia abajo.

José Joaquín León