LA Liga acaba de empezar, falta mucho, pero el Cádiz ya tiene 34 puntos. Es el líder destacado de la Liga Smartbank. El partido ante el Sporting de Gijón erta delicado, porque venían de una derrota dolorosa en el último minuto de Albacete. El Cádiz estuvo en una línea previsible y le ganó al Sporting de Gijón con justicia y sin paliativos. Aprovechando sus armas. El rival se quejó del árbitraje, sin razón, porque el penalti fue claro. Antes de eso, el Cádiz ya tenía el partido ganado con el 2-0, pero lo estropearon en un córner mal defendido, con un despiste impropio del equipo. La solidez del líder se mantiene, aunque no todo sea perfecto.

Llegaba el Sporting de Gijón después de jugar un partidazo contra el Zaragoza (que a su vez jugo más de la mitad de aquel partido con uno menos), pero el Cádiz no es el Zaragoza, ni deja esas autopistas hacia el gol. En la alineación de Cervera destacaba que Edu Ramos seguía en la titularidad. En este partido Edu estuvo a buen nivel hasta el descanso. Como se esperaba, había tacticismo en los primeros minutos.

Antes del gol pudo marcar Iza en un disparo fuerte, pero sin colocación, que le sacó Mariño. El Sporting tuvo su única ocasión en una jugada en la que Cifuentes sacó la mano a un remate de Djordjevic, que se quedó solo, en una jugada que hubiera revisado el VAR porque estaba al límite. Pero el único gol del primer tiempo, lo consiguió Marcos Mauro, al saltar más que nadie y cabecear el córner. Esa jugada no la revisó el VAR, ni falta que hacía.

El Sporting no había creado apenas peligro en la primera parte. Manu García estaba en figurita, sin concretar. Aitor no podía con Espino y Djorjevic se peleaba ante Fali que le ganaba todas. El Sporting se estiró  en la segunda parte. Hasta que al cuarto de hora una gran galopada de Salvi con centro parabólico al cielo de Cádiz llevó el balón hasta Álex, que marcó con un remate inapelable. Tampoco hubo VAR.

Considerando lo visto hasta entonces, el partido parecía resuelto. Sin embargo, en un saque de esquina, el balón, tras dos rebotes, se lo encontró Borja López, que acortó distancias y sembró inquietudes.

Fue entonces cuando Álvaro Cervera, que ya había puesto en juego a Iván Alejo, dio entrada a Garrido y poco después a Caye Quintana. Jugó con fuego, porque agotó los cambios cuando faltaban más de 20 minutos. Por el contrario, el Sporting jugó sin Fuego, que fue sustituido, igual que Aitor, que no pudo vengarse de sus años de amarillo jugando a ratitos. Quizá con menos minutos de los que merecía.

El partido se acabó  tras el penalti a Caye Quintana, que fue claro. El defensa no le dio al balón, sino que trabó y desequilibró al delantero. Lo revisaron en el VAR. El árbitro Sagués Oscoz (el mismo que machacó al Cádiz en Alcorcón) lo vio en la tele, y apreció el penalti, como casi todos los que lo han visto en la tele, con recta visión y sin prejuicios. Pensar que este árbitro tiene simpatías cadistas es de cachondeo.

Ahí se vino abajo el Sporting de Gijón y el Cádiz se vino arriba para asegurar tres puntos más.

José Joaquín León