EL año 2020 puede ser el del regreso del Cádiz a Primera. Tanto el presidente, Manuel Vizcaíno, como el aspirante, Enrique Pina, coincidieron en señalar el pasado sábado que están interesados en el ascenso. De este modo no se repetirían las habladurías de las dos últimas temporadas, cuando el Cádiz flojeó misteriosamente en las últimas jornadas. La oportunidad que tiene es sensacional. Y me refiero al ascenso directo. Del tercer al sexto puesto sólo sube uno y se quedan en Segunda tres. El Cádiz ya tendría casi un pie y medio en Primera, si hubiera estado a mejor nivel en los cuatro partidos de diciembre, en los que sólo sumó cuatro puntos y dejó escapar ocho. También es cierto que influyeron los arbitrajes en esos partidos.

El Cádiz tiene 43 puntos y le siguen el Almería con 36, el Huesca con 35 y el Fuenlabrada con 34. Con unos arbitrajes normales el Cádiz tendría ahora 49 puntos, con una ventaja difícil de recortar. Los errores arbitrales han condicionado mucho, sobre todo en la administración de las tarjetas amarillas. Al Cádiz lo dejaron con uno menos en Fuenlabrada antes de la media hora, y a la semana siguiente en Carranza se lo perdonaron al Elche en circunstancias parecidas. A Carranza vienen los árbitros sabiendo a donde vienen, y ya vieron lo que ocurrió ante el Numancia. Aunque ese partido no se perdió sólo por el árbitro Ávalos, y el inefable Sagués, que estaba a su manera en el VAR, sino que también condicionó la ingenuidad del gol del empate del Numancia, poco antes del descanso.

El Cádiz no debe pecar de pardillo con los arbitrajes, sin tampoco obsesionarse. Pero aunque sea el líder, tiene carencias que son los puntos negros para el ascenso directo. Se habla del extremo izquierdo tipo Alvarito, que se echa en falta. Pero también necesita un delantero centro que marque más goles. Parecía que lo podría ser el Choco Lozano, que en los últimos partidos ha dejado dudas. Más peligro ha creado Querol, que estaba defenestrado, y se recuperó en diciembre. Caye Quintana no ha mejorado a Dani Romera todavía, por lo que podría ser cedido si llega un ariete de más nivel. Nano Mesa ha funcionado mejor como revulsivo.

En algunos partidos sería conveniente retrasar a Alex al doble pivote junto a Garrido y quizás dejar en la media punta a Perea. Son los dos jugadores de más calidad en estos momentos. Álvaro Cervera debe buscar el modo de aprovecharlos bien, cuando tenga dos extremos puros. En la plantilla hay diversas variantes.  Los futbolistas del Cádiz B vienen bien para parchear en determinados momentos las bajas por lesiones y sanciones. Sin embargo, no hay que crearles más responsabilidad de la que pueden asumir, como se vio con Sergio González ante el Numancia, cuando lo dejaron vendido tras la expulsión de Salvi.

En el mercado de invierno se deben facilitar tres salidas y tres entradas. Para irse son candidatos Sergio Sánchez (del cual nunca más se supo y no se sabe por qué), además de Bodiger, y quizás una cesión de Caye Quintana si llega otro delantero. Fichar por fichar, cuando vas como líder, no tiene sentido. Sólo deben venir jugadores que contribuyan a mejorar para el objetivo del ascenso.

José Joaquín León