LA suspensión de la Liga en Primera y Segunda ha abierto un escenario no previsible, que llena de incógnitas el futuro. Han aplazado dos jornadas, pero no van a reanudar la competición el día 29 como si nada. El Cádiz no jugó el partido de ayer contra el Rayo Vallecano, ni viajará a Soria para enfrentarse al Numancia el próximo sábado. Pero si han suspendido hasta las procesiones de Semana Santa (con las pérdidas que supone), nos debemos preparar para lo peor. Es posible que los ascensos y descensos se disputen en los despachos. En otros tiempos, con Manuel Irigoyen, que era experto en la materia, se podría suponer que el Cádiz tendría muchas papeletas para subir a Primera. Pero esta vez nos pueden dar coba. Vizcaíno debe tener mucho cuidado.

En los escenarios contemplados para dentro de dos semanas, uno consiste en reanudar la competición a puerta cerrada. Dejar el fútbol sin público en los estadios hasta final de temporada, creará problemas con los abonados. Los podrían compensar para la temporada siguiente. Pero esa opción no será fácil. Luis Rubiales mantiene buenas relaciones con la AFE. Muchos futbolistas no quieren viajar, con el riesgo que supone.

Nos podemos encontrar con una Liga que no termine. Ni jugando dos veces cada semana habría fechas suficientes, en el caso de que el parón durase hasta mayo. El peor escenario para la Liga de Fútbol Profesional sería suspenderla definitivamente. Javier Tebas no quiere esa posibilidad, porque supondría un conflicto económico: en los ingresos por derechos de televisión y en las aportaciones para los clubes de Primera y Segunda, que se verían mermadas.

En el supuesto de que la Liga se suspendiera en Primera y en Segunda, tienen el problema de la clasificación. Hay tres opciones principales: 1. Dar por definitiva la clasificación que tenemos en el momento de la suspensión. 2: Disputar una liguilla con los equipos mejor clasificados o peor clasificados actualmente. 3. Dar por perdida la temporada y reanudarla la siguiente con los mismos equipos en las mismas categorías, sin ascensos ni descensos en la 2019-2020.

En el caso de que no se reanudara la competición, es obvio que al Cádiz le conviene que se mantenga como definitiva la actual clasificación. En tal supuesto ascendería directamente a Primera División. Es justo, porque el equipo dirigido por Álvaro Cervera ha estado casi toda la temporada en los dos primeros puestos. La peor posibilidad sería la tercera (que no hubiera ascensos ni descensos), lo que equivaldría a un timo, a haber jugado desde agosto hasta marzo para nada. Contra eso habría que reaccionar. Y la opción de la liguilla para ascender tampoco interesa, porque después del parón no sabemos en qué situación física estarán los futbolistas, y porque podrían ascender equipos cuya trayectoria ha sido mucho peor. El ascenso directo del Cádiz y el Zaragoza sería lo más justo. Y como el Zaragoza coincide en los intereses habría que buscar su apoyo. Es un club poderoso.

Pero no debemos hacernos ilusiones. Aún no se sabe qué puede ocurrir. No obstante, en el Cádiz deben permanecer muy atentos a los goles en los despachos.

José Joaquín León