EN estos momentos nadie piensa en la próxima temporada todavía. No se sabe cómo van a resolver la de 2019-2020. Sólo hay especulaciones. La solución se espera que sea global, al menos en los países dependientes de la FIFA, ya que las decisiones afectarán también a la Champions League y la Europa League. Sin embargo, la situación no es igual en todos los países. La FIFA es un organismo incoherente, que permitió jugar el Liverpool-Atlético de Madrid, en Anfield, el 11 de marzo, con el estadio abarrotado y con tres mil seguidores madrileños, cuando ya había casos de coronavirus en la capital de España. Pero esa misma semana disputaron los otros tres partidos de cuartos de final a puerta cerrada. Con eso se ve que puede ser una decisión racional o irracional.

También hay que tener en cuenta que el riesgo no es idéntico en los países, ni han funcionado del mismo modo las medidas preventivas. En Italia y España la situación es desastrosa, y cuentan con dos de las principales ligas europeas. Pero hay países con ligas menores, como Holanda o Suecia, sin confinamiento forzoso, y otros de Europa donde permiten correr a la gente por los parques. No vamos a entrar en esos detalles, sino en las consecuencias. Es decir que toda Europa no sufre tantos muertos como Italia y España, y aunque la situación es grave, no evoluciona igual. Por lo cual, las decisiones nacionales podrían ser distintas.

En España es casi imposible que se pueda disputar todo lo que falta de competición. Y es más difícil que se permita a puertas abiertas. Prolongar la Liga al verano es delicado. España no es como Inglaterra ni como Dinamarca. En muchas ciudades españolas hace 40 grados en julio. Puede pasar algo malo, aunque no se contagien el coronavirus. Aparte de que prolongar los contratos sería de dudosa legalidad si se hace a la fuerza.

Aquí existe un gran problema: la clasificación de Primera División. Si se diera la temporada por finalizada ya, tal como está ahora, el campeón sería el Barcelona, con dos puntos de ventaja sobre el Real Madrid. Después de ganar en el Bernabéu, los madridistas se vieron campeones, y no se les pasó por la cabeza que perdieran con el Betis y acto seguido suspendieran la competición por el coronavirus. Así que Florentino Pérez y su hinchada mediática harán encajes de bolillos para que la actual clasificación no sea la definitiva. Porque, en tal caso, volvería a ganar la Liga el Barcelona, que por cierto ha sido líder más semanas que el Real Madrid esta temporada.

Las clasificaciones actuales son bastante justas. Descenderían el Mallorca, Leganés y Espanyol. Ascenderían directamente el Cádiz y el Zaragoza. Y si no pueden disputar las eliminatorias de ascenso, el tercero, que es el Almería, pero está empatado a 50 puntos con el Huesca, por lo que aquí también hay tomate, e intereses por parte de quien ya sabemos.

En condiciones normales (dentro de esta anormalidad tan anormal), habría que pensar ya en formar una plantilla de Primera para la temporada 2020-2021. Pero teniendo en cuenta el conflicto de intereses que hay por medio, no podemos descartar cualquier faena torera. Por eso insisto: cuidado con los goles de despacho.

José Joaquín León