EN los tres últimos partidos el Cádiz no ha ganado y ha mostrado un bajón de juego. Se nota que el equipo ha perdido chispa después de garantizar el objetivo de la permanencia. Este bache comenzó con la dolorosa derrota ante el Tenerife, en un momento en que incluso había claras opciones de pelear por el ascenso directo, tras la victoria en Girona. Siendo positivos se puede decir que ha conseguido dos puntos en los dos últimos partidos, incluso jugando mal, como ayer. Se puede entender que haya un bajón en algún momento de la temporada. Incluso sería positivo si se llega con fuerza al final. Lo malo es que podemos ver un final de temporada mediocre, si no reaccionan pronto.

Al Cádiz se le empezó a torcer el partido desde antes de comenzar, porque se cambió el guión acostumbrado. El Cádiz empezó atacando en Fondo Norte, con el fuerte viento de levante a favor y jugó la segunda parte en contra.

Salieron dormidos. El primer saque de esquina del Lugo, a los dos minutos, lo envió a la red Marcelo, después de que el Lugo tocara cuatro veces el balón en el área cadista, mientras los defensores amarillos se quedaban mirando.

Había comenzado como titular Aketxe. No jugó un buen partido, pero su aportación a balón parado fue determinante. Lanzó bien dos faltas con viento a favor, que fueron las dos oportunidades más claras del Cádiz antes del descanso. En la primera acertó Ortuño a remachar y marcar el empate. En la otra salvó el portero.

El Cádiz creaba poco peligro. Fallaban pases fáciles. Sólo Abdullah mandaba balones con sentido. Pero Alvarito centró muy mal, aunque en una casi consigue un gol de casualidad. Es lamentable que Álvaro y Salvi (y después Nico) desaprovechen internadas en las que ganan por rapidez, debido a las imprecisiones cuando tienen a compañeros en posición de remate. Esto se nota especialmente en los últimos partidos.

En la segunda parte, con el levante en contra, el Cádiz pudo perder. Si el Lugo no ganó fue por casualidad, y porque fallaron ocasiones claras, sobre todo una de Joselu (que estaba en fuera de juego no señalado), una de Calavera que salvó Alberto y otra de Caballero que estaba solo.

El Cádiz apenas creaba peligro, apenas tocaba el balón con sentido. Parecía satisfecho en el empate. Motivos tenía, porque el Lugo dominaba a su antojo sin hacer daño. Entró Santamaría, más entonado que otras veces. Entró Nico Hidalgo que no supo culminar dos contragolpes. Ya no pone a Aitor de revulsivo.

Se complicaron del todo con la expulsión de Aridane, por una entrada con dureza innecesaria en una jugada sin peligro. Tras la expulsión, declaración de intenciones del entrenador: se va Ortuño y entra Servando. Siguieron jugando igual, con todos aguantando. Aunque, curiosamente, la última oportunidad del partido la tuvo el Cádiz, ya en el alargue, cuando Santamaría persiguió un balón desde el suelo, para que Nico Hidalgo chutara con ventaja a las manos del portero.

Ganar, con la segunda parte que jugaron, era demasiado premio. Lo mejor fue el resultado. No perder este partido tuvo mérito.

José Joaquín León