EN los últimos días han dado los primeros pasos para reanudar la Liga. Al menos, en teoría. El Cádiz ha vuelto a entrenar. También se ha conocido que ningún futbolista amarillo dio positivo en las pruebas del coronavirus. Sigue pendiente de solución el caso de Fali, al que están tratando con respeto y prudencia, por sus peculiaridades. Empieza una pretemporada atípica para volver a competir. Y también se dan a conocer algunas características de cómo sería el fútbol después del coronavirus. Hasta dónde llegue. No es seguro que sea hasta la jornada 42.

Ya se sabía (y nadie lo ha dudado) que los partidos se disputarán sin público y serán televisados. Esto le aportará audiencia a Movistar y las televisiones asociadas para retransmitir la Liga. Y como en los bares aún puede haber restricciones de aforo, es obvia la oportunidad de aumentar los abonados a la tele. La parte del negocio está garantizada, si no hubiera una Liga interrupta de nuevo, por aparecer casos de coronavirus.

Otra medida que se da por segura es los cinco cambios en cada partido, que es propia de torneos veraniegos. Los cinco cambios se podrán hacer, como máximo, en tres momentos del partido para cada equipo, además de los descansos (es decir, igual que ahora). De ese modo impiden que Álvaro Cervera y los demás entrenadores se aprovechen para perder más tiempo cuando vayan ganando por la mínima. La justificación para estos cinco cambios es el calor, aunque poco se sabe de las franjas horarias de los partidos, que el mando único no ha regulado, ni parece que le importe.

También se viene hablando bastante sobre el VAR. Según decían, en las salas del vídeoarbitraje no podrían cumplir las medidas de distancia social, por lo que proponían que las últimas jornadas se disputasen ¡sin VAR! La IFAB (organismo que regula las reglas del fútbol) lo aprueba, pero en España se debe fijar una posición. Muchos se han llevado las manos a la cabeza. Sin público y sin VAR, los partidos serían de alto riesgo. Volverían a decir esa parida de que los árbitros son humanos y ya ven.

Un final de temporada sin VAR sería peligrosísimo. Incluso con VAR es peligroso, así que si le quitamos las cámaras para las repeticiones, muchas injusticias no se podrían corregir. Existe una corriente de opinión favorable a cargárselo, generalmente movidas por clubes a los que no les interesa. Sin señalar, todo el mundo sabe quiénes son. Cada temporada recibían varios puntos de regalo, gracias a los errores humanos.

Para el Cádiz sería terrible disputar las 11 últimas jornadas sin el apoyo de su público en Carranza y, además, sin VAR. Sería un factor para complicar más el ascenso. Están alterando las condiciones de la competición. En pocas jornadas, y en circunstancias anómalas, se van a decidir los campeones, los clubes de Champions y Europa League, los descensos y los tres ascensos. Una prueba de que esos intereses son muy fuertes: el fútbol es el único espectáculo que se va a reanudar en unas condiciones que desde el punto de vista sanitario son improcedentes. Pero hasta Pedro Sánchez lo justificó.

Por favor, tengan cuidado, para no adulterarlo más.

José Joaquín León