AL Cádiz del Trofeo Carranza se le han visto unos errores preocupantes. En estos dos partidos, con mezcla de titulares y suplentes, no se pueden obtener conclusiones para la nueva temporada. Pero se ha visto que falta mucho por trabajar. El equipo actual es peor que el de la Liga pasada, porque no hay un delantero como Ortuño, ni un mediapunta como Aketxe, ni los centrales están lo suficientemente acoplados para mejorar al traspasado Aridane y al lesionado Sankaré, ni ayer se le vio al portero Alberto Cifuentes la seguridad de la temporada anterior, sin que tenga detrás a un suplente de garantías. Todo ello recordando que la Liga comienza en Córdoba el próximo sábado.

El Villarreal controló y supo aprovechar los generosos regalos del Cádiz. Hubo cambios, que no entusiasmaron. El partido estaba insulso, hasta que se rompió en un chut lejano de Soriano, que se tragó el portero Alberto Cifuentes. Una cantada que quizá fue favorecida por el viento de levante, más fuerte que en la tarde del viernes. En la primera parte el Cádiz dio un recital de cómo no se debe jugar con una levantera a favor. Se empeñaron en enviar balones largos, que se perdían sin remedio.

No obstante, pudo empatar el Cádiz con un penalti que malogró David Barral. Lo estrelló en la cruceta izquierda, por chutar a reventar con el viento a favor. Otro error de bulto. En la primera parte, el Villarreal tocaba el balón sin agobios. Un error de Bakambu impidió que el partido estuviera ya decidido en el descanso.

Cuando el Cádiz preparaba sus tres primeros cambios, dos de los relevados no estuvieron finos. Falló Álex un pase, chutó Bakambu, y Servando no llegó a despejar. Con el 0-2 se estropeaba una tímida reacción del Cádiz, que intentó entrar más por la derecha con Salvi. Y se terminó de estropear cuando Bakambu marcó el tercero, tras otro error importante, esta vez del central Villanueva.

No era el día de los amarillos de Cádiz, mientras que el Villarreal afrontaba los últimos minutos con tranquilidad. El Cádiz lo intentaba, para marcar siquiera un gol. Lo tuvo en sus botas Aitor, que lo había buscado toda la tarde, pero no lo consiguió en los disparos lejanos anteriores, ni en esa internada con un chut demasiado cruzado. Imaz y Barral pusieron ganas, pero sin acierto.

También debutó Kecojevic, el otro central fichado, que entró en mal momento. Una defensa de altura sí que hay, pero debe ganar seguridad. Por las bandas, parece mejor la izquierda que la derecha, pero habrá que ver la evolución de los futbolistas. Todavía se están acoplando, seamos pacientes.

Se esperaba a un Cádiz mejor, pero nos hemos encontrado con una plantilla incompleta todavía. Con fallos inesperados y con nulidad en el remate. No son conclusiones, sino impresiones. Faltan un portero y un delantero centro con urgencia, además de que se esmeren los centrocampistas y mediapuntas. Tampoco olvidemos que ha soplado el levante y que había equipos de Primera División, con plantillas superiores.

Y meditemos lo siguiente: ¿para qué sirve un Trofeo de cuatro partidos con una jornada tan poco atractiva como la de ayer?

José Joaquín León