EL Cádiz ha entrado en un bache que ya es muy preocupante. Ha conseguido un solo punto de los 12 últimos, sin marcar ningún gol, y ha encajado cinco goles en los dos últimos partidos. Ayer se rizó el rizo del más difícil todavía: el Cádiz falló tres penaltis. Sin quitarle sus méritos al portero Sergio Herrera, que detuvo los tres, hay que decir que Aitor y Barral (por dos veces) los lanzaron mal. Ahí estuvo la clave de este partido, que parecía equilibrado, y que el Cádiz pudo ganar si hubiera marcado alguno de los penaltis. El desastre se completó con dos remates acertados de Osasuna, que se estaba conformando con un punto.

La flor del entrenador Álvaro Cervera se ha marchitado en los últimos partidos. Puede que él también esté contribuyendo, con sus decisiones. O puede que la plantilla sea peor que la de la temporada pasada. Desde luego no se ve a nadie como Ortuño, ni como Aketxe, ni tampoco como Aridane, que ayer jugó con el rival. Por el contrario, futbolistas como Servando y Aitor son ahora titulares cuando la temporada pasada eran suplentes y no han mejorado de nivel. Mientras que Rubén Cruz volvió a la titularidad, a pesar de que se supone que ficharon a otros para mejorar sus prestaciones, que son nulas ante el gol.

El Cádiz se limitó a hacer su juego acostumbrado, con una presión que Osasuna no rompía. En ataque no había profundidad. No obstante, al cuarto de hora llegó la jugada que debió cambiar el partido. Una agresión del portero Sergio Herrera a Servando fue castigada con penalti. Si era penalti, al ser agresión, también lo debió expulsar, pero el árbitro Cuadras Fernández sólo le mostró tarjeta amarilla. Lo lanzó Aitor mal y se lo detuvo el portero. Primera gran ocasión desperdiciada.

Durante todo el primer tiempo se acusó este error. El Cádiz no creaba peligro, porque Salvi y Aitor no conseguían entrar con peligro, y el enganche, que era Rubén Cruz, fallaba casi todos los pases. Por la otra parte, Osasuna seguía agazapado y conformista.

En la segunda parte, el Cádiz desperdició su segunda gran oportunidad para adelantarse en el marcador. Barral, que no había lanzado el primer penalti, lo falló en dos ocasiones consecutivas, tras ser repetido porque entraron varios jugadores en el área antes de que chutara. Barral los lanzó de pena. Sumados a los que falló en el Trofeo y en la Copa, ha fallado cuatro de los cinco penaltis lanzados, por lo que parece clarísimo que los debería chutar otro. ¿Es que no sabe ninguno?

A pesar de que entró Alvarito, era mucho mazazo para el Cádiz. Para colmo, Xisco marcó en la primera jugada clara de gol que creaba Osasuna. Al Cádiz, cuando se desespera, todo le sale mal. Pudo empatar Perea y chutó desviado, confirmando que están ciegos ante el gol. La lesión de Marcos Mauro, con los tres cambios realizados, dejó un agujero atrás, por el que Osasuna sentenció.

La próxima semana el Cádiz visita al Sevilla Atlético, que es el colista; y recibe a la Cultural Leonesa, un recién ascendido. En estos momentos, el objetivo es llegar a los 50 puntos, y hasta parece muy difícil que los consigan. Reaccionar o dudar, ese es el dilema.

José Joaquín León