CON el comienzo de la segunda vuelta, el Cádiz debe ser plenamente consciente de su verdadero objetivo: buscar el ascenso directo a Primera. No se deberían rebajar las expectativas. El 2-0 ante el Córdoba (dos victorias consecutivas en Carranza) se refleja en un marcador algo engañoso. El Cádiz era superior, pero acusó el cansancio de algunos jugadores en el partido de Copa ante el Sevilla. Sin embargo, continuó la racha triunfal de la Liga, gracias a la calidad y rapidez de Alvarito y al partido extraordinario del portero Alberto Cifuentes, que salvó goles en paradas  decisivas.

Como en el anterior partido de Carranza ante el Granada, el Cádiz estuvo condicionado por la Copa. Aún así, ha tenido la suerte de sumar seis puntos en circunstancias difíciles. Quizá por eso, con un equipo titular sin sorpresas, el Cádiz buscó el gol desde el principio. Lo marcó Alvarito a los 8 minutos, en un jugadón en el que acreditó sus mejores virtudes: velocidad, habilidad, regate y acierto a la hora de rematar.

Se sigue rumoreando la posibilidad de que Alvarito cambie de equipo en el mercado de invierno. Ese es, a día de hoy, uno de los mayores peligros para el futuro inmediato del Cádiz. El ataque tiene una dependencia total de sus dos extremos. Sin Alvarito o sin Salvi no es lo mismo. Con ellos y con un 9 de referencia, el ascenso quedaría al alcance de la mano. Ayer jugó Romera en el primer tiempo y trabajó bien, aunque sin suerte en el remate.

Este Cádiz no se puede permitir respiros ni confianzas atrás. Los laterales estaban muy firmes, sobre todo Lucas, que hizo un auténtico partidazo, completando una banda izquierda de lujo con Álvaro. Por el contrario, Kecojevic y Villanueva pasaron evidentes dificultades ante Sergi Guardiola. En la primera parte, Alberto Cifuentes salvó el empate en dos ocasiones muy claras. El portero del Cádiz juega muy protegido, normalmente le chutan poco, pero ayer faltó firmeza, y fue el principal artífice de no encajar goles.

En el primer tiempo, el Cádiz desaprovechó las contras para abrir distancias. El 1-0 causaba inquietud porque no se veía al equipo tan intenso como otras veces. El Córdoba es flojo atrás, aunque animoso delante, y no bastaba con encerrarse a despejar.

En la segunda parte, con Carrillo en vez de Romera, el Cádiz se replegó y flojeó demasiado. Alberto volvió a evitar el empate. Menos mal que Alvarito recogió un excelente servicio de Carrillo para hacer una jugada semejante a la del primer gol, con velocidad, regate y buena definición. Faltaba ya un cuarto de hora. Ahí se acabó el partido, aunque el portero cadista salvó otro gol. Se merecía irse con el marcador a cero.

Con algunas desaplicaciones, el Cádiz consiguió tres puntos más. Este año la lucha por estar arriba no permite tropezones. El Huesca se ha embalado y detrás hay seis o siete equipos con el objetivo del ascenso. No hay margen para despistes, ni para relajaciones. A este Cádiz, que ha ganado tranquilidad y confianza, se le notan unos automatismos bien enfocados para sumar. Hay que reflexionar y no cometer errores para buscar un sueño que está más cerca.

José Joaquín León