LA falta de remate condenó al Cádiz a otra derrota. Tres partidos sin marcar un gol. El resultado también estuvo condicionado por la alineación que dispuso Álvaro Cervera, decidido a empecinarse en errores evidentes. Acertó con los tres cambios, porque se había equivocado con los tres a los que sustituyó. Así cambió el Cádiz en la segunda parte, en la que fue superior al Osasuna, pero sin puntería en el remate. Los navarros ganaron al modo del Cádiz: un gol a balón parado y a defenderse encerrados atrás. Con eso fue suficiente.

El Cádiz salió con la intención de contener, jugar balones largos y aprovechar algún ataque. Colocó el entrenador a un doble pivote defensivo formado por Garrido y Fausto. Alineó la misma defensa que jugó ante el Lorca, en la que Villanueva volvió a demostrar que donde mejor rinde no es en el lateral izquierdo. Situarlo ahí perjudica al equipo. Villanueva cometió la falta tonta que dio origen al gol. Fran Mérida sorprendió con un disparo desde el lateral al portero Alberto Cifuentes, que no esperaba ese chut envenenado.

Al cuarto de hora se le habían roto los esquemas a Álvaro Cervera. Tocaba atacar para empatar. Difícil, cuando en punta tenía a Jona, que sigue en baja forma y no hizo ningún remate peligroso. Alvarito y Salvi estaban bien tapados en las bandas. Álex se perdía en la media punta, sin saber a quién pasar. El Cádiz regaló un primer tiempo completo en el que estuvo incapacitado.

A Osasuna le había bastado esa falta certeramente lanzada para ponerse por delante. En la segunda parte se echó atrás y no creó ningún peligro. La entrada de Perea le dio otro aire al Cádiz. Este futbolista no aguanta un partido completo corriendo. Pero para correr tiene a otros, que no saben poner el balón como Perea.

La última media hora fue lo mejor del Cádiz, cuando también habían entrado Barral y Carrillo por Villanueva y Fausto. Alvarito de lateral zurdo hizo lo suyo y lo de Villanueva mejor que antes. El Cádiz creó ocasiones claras. La mejor fue un balón que se paseó sin que Barral ni Carrillo acertaran a remachar. Salvi se dejó atrás un balón de gol. Álex remató rozando la escuadra… Alguna pudo entrar, pero no entró.

El Cádiz no se ha reforzado bien en el mercado de invierno. Su principal necesidad era un delantero centro. Pero no uno cualquiera, sino alguien con gol, que supliera la ausencia de Ortuño, o alguien como los fichajes que se escaparon en verano, como Borja Iglesias, Joselu o Raúl de Tomás. Alguien de ese estilo, quiero decir, que no lo hay. Eso es esencial para apretar arriba. Cordero acertó otras veces, pero ahora ha fichado mal, en plan rebajas de enero, con un saldo. Eso puede frustrar una gran oportunidad de ascenso.

A lo cual se añade que los caprichos en el banquillo tienen un coste. En cada posición debe jugar el mejor. Así se pueden hacer los cambios porque un futbolista tiene un mal día, o por buscar otros recursos, pero no porque alguien se equivocó desde el principio.

José Joaquín León